Despuíés del tirón de orejas que recibió la semana pasada nuestro Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el Eurostat decidió antes de ayer lanzar un balón de oxigeno al Gobierno español y respaldó su petición de que el banco malo, Sareb, no contabilice como deuda pública ( no se yo si esto va a ser para bien pero…) los 50.781 millones de euros que la sociedad ha emitido hasta la fecha no computada como deuda pública y las perdidas en las que probablemente incurrirá en 2013 tampoco afectarán al díéficit público de este ejercicio, lo cual, hubiera obligado a meter de nuevo la tijera.
Pese a que el grupo de trabajo formado por el INE (Instituto Nacional de Estadística), la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) y el Banco de España habían llegado a la conclusión de que la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (nombre completo de Sareb) debía estar clasificada fuera del sector público, lo cierto es que fuentes próximas a esos tíécnicos habían expresado en las últimas semanas su temor a que finalmente Eurostat no autorizase esa medición.
Con el fin de que el banco malo, que tendrá una vida de 15 años, lastrara lo menos posible las cuentas públicas en sus primeros ejercicios de vida, que coincidirán con los años más duros de la crisis, el Gobierno diseño su estructura dando la mayoría de capital a inversores privados que controlan el 55% de la sociedad, frente al 45% que está en manos del Estado a travíés del Frob (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria).
Gracias a este modelo, los tíécnicos de Eurostat permitirán que Sareb sea “clasificada dentro del sector de las corporaciones financieras, con lo que tendrá que someterse al tratamiento contable que se aplica a esas instituciones como si se tratará de cualquier otro intermediario financiero.
Cuando Sareb sea liquidada dentro de tres lustros, la sociedad dejara una rentabilidad media anual a los españoles de entre el 13 y el 14%, según contempla su plan de negocio. Sin embargo este año, Sareb no descarta cerrar el ejercicio en píérdidas.
Si Sareb fuera considerada como empresa pública, esas píérdidas computarían como díéficit y aumentarían el impacto que el saneamiento bancario está teniendo en las delicadas cuentas del Estado.
Aunque en sus objetivos de díéficit, Bruselas no está teniendo en cuenta el rescate financiero que España pidió el año pasado, lo cierto es que el mercado lo tiene muy presente ya que esta operación incrementó el díéficit de 2012 en 3,9 puntos y pasa por ello factura a travíés de la prima de riesgo.
Un hecho positivo ha sido que Rajoy (a costa nuestra) haya reducido el díéficit público hasta el 6,9% (sin contar con ese rescate bancario) en su primer año de legislatura permitiendo que el país recupere buena parte de la credibilidad perdida ante los mercados.
Todo esto ha facilitado que en los dos primeros meses del año los inversores extranjeros aumenten su exposición a la deuda española en 15.720 millones de euros, lo que ha ayudado a reducir el coste medio de las emisiones de deuda del Tesoro español hasta el 2,85%.
Me sigue pareciendo un movimiento de ingeniería financiera que para lo único que sirve, desde mi punto de vista, es maquillar, camuflar y retrasar lo inevitable. Mientras la gran economía no vuelva a ser como la domíéstica en la que con un ingreso de 100, haces frente a los críéditos que tienes que devolver, te das cuenta que te quedan 60 y que con eso, con esos 60 debes de acometer el periodo de tiempo hasta que vuelvan los nuevos ingresos, esto no tiene solución, se podrán maquillar ejercicios, dar titulares, anunciar brotes verdes… No servirá de nada. Hombre, a no ser que el objetivo sea hacer desaparecer a la clase media y volver a ver la sociedad como un “enfrentamiento†entre ricos y pobres con las consecuencias que nunca, nadie debería olvidar.
Salud y suerte.
Buen fin de semana
