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Autor Tema: Desempleo crónico, irremediable flagelo social en Estados Unidos...  (Leído 190 veces)

OCIN

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Por...   Jorge V. Jaime



El Desempleo de Largo Plazo (DLP), una estadí­stica opacada en los datos federales, es la irregularidad social más lacerante para millones de familias estadounidenses y un ejemplo de que Washington arrastra asignaturas pendientes en el capí­tulo de los derechos humanos.

A las personas que han estado buscando empleos durante seis meses o más se sumaron otros 120 mil individuos durante el primer trimestre de 2013, y entremezclados con un remanente general de 12 millones de desocupados, actualmente la tasa de paro a largo tíérmino es la peor desde 1948.

 El gobierno central en Washington tendrí­a que activar un programa que creara más de 190 mil posiciones laborales cada mes para poder, despuíés de ocho años, resolver la situación de los ciudadanos en el paro prolongado, calculó la organización no gubernamental Hamilton Project.

 Sin embargo, en el contexto de un embargo de capitales gubernamentales por valor de 85 mil millones de dólares, trascendió que la administración del presidente Barack Obama decidió recortar en un 10 por ciento los subsidios para los nacionales perjudicados por el DLP.

 Según las definiciones oficiales, conocidas como Rango U-3, y dentro de una fuerza laboral de 156 millones de personas, la tasa nacional de desempleo ha estado bordeando el ocho por ciento desde 2012. Empero lo aceptable para expertos serí­a una tasa de entre cuatro y cinco por ciento.

 No obstante, es conocido que las estadí­sticas oficiales son engañosas porque no consideran a individuos que ya dejaron de buscar trabajo, ni tienen en cuenta la calidad del puesto obtenido o el acápite del subempleo.

 Por la sumatoria real de todos estos números, indica el foro Bipartisan Policy Center, la tasa serí­a del 15 por ciento, y no del 7,7 como afirma Washington.

 En febrero último, cuando el Departamento de Trabajo informó que el mercado habí­a adicionado 236 mil empleos, un ejíército de 6,8 millones de individuos en el paro no fueron anotados como desocupados porque se cansaron de caminar, de buscar opciones para ganarse el sustento diario.

 Es claro que en el caso de estos casi siete millones de estadounidenses, a Washington no se le puede abonar el críédito de haber cumplido con el Artí­culo 23 de la Declaración Universal: Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas de trabajo.

 Uno de cada seis niños en Estados Unidos tiene un padre en el paro o subempleado, lo que arroja un total de 6,2 millones de infantes que viven en hogares donde al menos un pariente cercano o tutor está sin trabajo, informó el grupo First Focus Urban Institute.

 El total de niños en estas circunstancias asciende a 12,1 millones cuando la variable del subempleo es incluida en la cuenta, agregó un comunicado de la misma organización privada.

 Casi la mitad de los graduados universitarios estadounidenses desde 2010 han tenido que aceptar trabajos de menor categorí­a profesional como taxistas, vendedores minoristas o empleados de mantenimiento, confirmó otro estudio institucional.

 Un reporte de College Affordability and Productivity precisa que el inventario de licenciados aumentó de forma desequilibrada durante los últimos dos años hasta conformar un remanente laboral de 41 millones de individuos, para unos 28 millones de vacantes disponibles.

 Tal tendencia provocó que un 15 por ciento de los choferes de taxi hoy dí­a tengan diplomas de nivel superior (por el uno por ciento en 1970), y entre los vendedores, un 25 por ciento son licenciados, detalló.

 Acorde con el autor de la investigación, el profesor de la Universidad de Ohio Richard Vedder, las estadí­sticas negativas continuarán durante la próxima díécada y perjudicarán significativamente a futuros graduados universitarios.

 Infortunadamente, veremos a una importante cantidad de personas licenciadas que podrí­an terminar como conserjes, mozos de limpieza, porteros o ujieres. En 2010, el por ciento en este acápite era de cinco, o 115 mil 520 trabajadores, señaló Vedder.

 La recesión ha perjudicado más a los hombres estadounidenses y en el camino hacia la recuperación económica están acaparando puestos antes ocupados por mujeres, reveló una investigación de la agencia Bloomberg y The Washington Post.

 Con la merma de posiciones laborales en la construcción y la industria manufacturera, los hombres se mueven hacia campos tradicionalmente dominados por las fíéminas como la educación privada, el sector de la salud o la rama farmacíéutica.

 Al mismo tiempo, las mujeres están perdiendo presencia en las gobernaciones estaduales y municipales, entre otros departamentos donde se solicita un alto nivel de experiencia profesional o recomendaciones especí­ficas.

 Los jóvenes estadounidenses están hoy en la peor situación frente al mercado laboral desde las cifras difundidas despuíés de la Segunda Guerra Mundial, reveló una pesquisa de Pew Research Center (PRC).

 De acuerdo con el reporte de la organización independiente, los ciudadanos comprendidos en edades entre 18 y 34 años han sufrido mayores descuentos en su canasta de ingresos que otros grupos etarios desde 2008.

 El 69 por ciento de los norteamericanos cree que para los jóvenes resulta mucho más difí­cil encontrar empleos que cuando sus parientes de la anterior generación enfrentaban igual trance.

 En este segmento de población, el nivel de ocupación laboral ha decaí­do en un 54,3 por ciento durante los últimos cuatro años, el peor número entre todas las estadí­sticas registradas desde 1948.

 Al final de 2011, el nivel de desempleo de los estadounidenses entre 18 y 24 años era de 16,3 por ciento, muy por encima del 8,8 promedio para los adultos entre 25 y 64 años, precisó el informe de PRC.

 La indagación fue realizada a un total de dos mil 48 individuos en 10 estados, en un periodo comprendido entre los dí­as 6 y 19 de diciembre de 2012, y tiene un margen de error de 2,9 por ciento, aclaró el Research Center.

 Gran parte de los datos nacionales sobre desempleo son una farsa, indicaron analistas, quienes pidieron a los mercados estar alertas ante las cifras gubernamentales.

 John Hussman, presidente de los fondos de inversión Hussman Funds, analizó detalladamente los datos del Departamento del Trabajo y concluyó que no hay nada de quíé alegrarse.

 Subrayó que la tasa de paro en el paí­s se contrajo desde enero, pero en realidad el número de desocupados en todos los sectores -a excepción de la agricultura- aumentó en casi dos millones de personas.

 Tambiíén el premio Nobel de Economí­a, Paul Krugman, explicó que el desempleo de larga duración sigue estando en Estados Unidos a niveles comparables a los de la Gran Depresión, de 1930.

 En Estados Unidos, la crisis financiera -cuya peor etapa fue entre 2007 y 2009- destruyó 3,6 millones de puestos de trabajo. El total de desocupados quedó en 11,6 millones luego que consorcios como Microsoft, Boeing, Caterpilar, o Home Depot despidieran a 200 mil asalariados en 2009.


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