Lisbeth Salander, la iconoclasta protagonista de la popular saga Millenium escrita por Stieg Larsson, viaja a Gibraltar en el último libro de la trilogía para abrir una cuenta secreta en la que esconder 2.400 millones de euros que había sisado a una organización corrupta. Hasta hace poco Gibraltar era considerado como uno de los paraísos fiscales por las principales instituciones internacionales. En los últimos años las autoridades del Peñón han suscrito acuerdos de intercambio de información con casi una veintena de países y han introducido cambios en su sistema fiscal para salir de esa lista negra. Pero España sigue considerándolo un paraíso fiscal por el que cada año cientos de millones de euros escapan al control fiscal y se evaden.
Gibraltar funciona, en realidad, como uno de los territorios denominados off-shore [tíérmino con el que se conoce en el argot financiero a los limbos fiscales] donde importantes hombres de negocios instalados en la Costa del Sol trasladan sus negocios y parte de su patrimonio para eludir al fisco.
Por eso, Hacienda está estrechando el cerco sobre este territorio. Ha constituido un grupo de trabajo con las delegaciones especiales de Andalucía, Ceuta y Melilla para analizar la tributación de las operaciones realizadas en el Peñón, la constitución de entidades jurídicas y los movimientos financieros vinculados a estas operaciones. La Agencia Tributaria estima que se evaden cada año cientos de millones mediante operaciones vinculadas con el Peñón. No hay cifras oficiales, pero en Gibraltar hay casi el mismo número de empresas que de población: unos 30.000 ciudadanos y sociedades.
El grupo de trabajo creado por Hacienda pretende esclarecer el modo de creación de las sociedades establecidas en Gibraltar, el movimiento de capitales desde España a el Peñón, la participación de despachos y entidades a ambos lados de la Verja o el procedimiento de constitución de sociedades en España participadas por empresarios con residencia ficticia en Gibraltar. Hacienda ha detectado que estas entidades son creadas fundamentalmente para mantener la opacidad de los titulares de bienes e inmuebles en España, así como para facilitar su transmisión sin declararlo ante la Agencia Tributaria.
“Gibraltar era un lugar que estaba curiosamente aislado del resto del mundo, una ciudad compuesta por una roca, algo más de dos kilómetros cuadrados de superficie urbana y un aeropuerto que empezaba y terminaba en el marâ€. Así describió Larsson al Peñón. A ese pequeño territorio sobre el que España tiene aspiraciones no le va nada mal. Tiene un producto interior bruto de 1.050 millones de libras (unos 1.230 millones de euros) y un crecimiento anual sostenido de entre el 5% y el 10% del PIB.
A las autoridades españolas les resulta incómodo tanto el sistema tributario gibraltareño como la facilidad para abrir empresas y escapar al fisco. El año pasado lo denunció ante la Comisión Europea: se quejó del ríégimen fiscal por considerar que es incompatible con la normativa tributaria comunitaria. Este sistema, denominado Income Gibraltar Act 2010, redujo el impuesto de sociedades del 22% al 10%. Además, solo se tributa en Gibraltar por los ingresos obtenidos en el Peñón, los beneficios obtenidos en el exterior quedan exentos. Este ríégimen fiscal convierte al Peñón en un polo de atracción para las empresas de la zona que huyen de España con un tipo impositivo del 30%. Así el número de empresas que desarrollan su actividad en España pero tributan en la colonia se multiplica.
El grupo creado por Hacienda pretende destapar las estructuras fiduciarias cuyos activos están formados por inmuebles situados en España. Estos entramados están constituidos por sociedades “limitedâ€, con domicilio en Gibraltar pero titulares de inmuebles y patrimonio en España. Hay 1.100 casas en esta situación en el entorno de la Costa del Sol, según datos oficiales. Otro tipo de estructura está formado por sociedades españolas pero cuyos accionistas o administradores están situados en Gibraltar. En esta situación hay unas 370 empresas. En ambos casos estas estructuras escapan de pagar el impuesto sobre transmisiones por la opacidad de los entramados.
“Se acabó ser un paraíso fiscal. Es un modelo antiguo que no tiene cabida en la Europa moderna, incluso en el mundo moderno. Pero tambiíén tenemos que estar atentos a lo que sucede en algunos sitios que no son paraísos fiscales, como las sociedades para los no residentes en Reino Unido o las Sicav en Españaâ€, señaló hace unas semanas a este diario Fabian Picardo, ministro principal del Peñón.
Otra de las inquietudes de las autoridades españolas está en los movimientos de efectivo a travíés de la Verja de Gibraltar. Apenas hay declaraciones sobre flujos en metálico, en cambio, Hacienda sabe que existen operaciones millonarias. De las 2.788 operaciones de tráfico de divisas con Gibraltar entre 2007 y 2011 solo ocho están censadas en el Peñón. En total se han realizado transferencias por 1.571 millones, de las cuales solo 872.000 euros se ordenan desde Gibraltar. Esto revela que el flujo se produce desde España a Gibraltar pero no tanto a la inversa.