Suiza ha decidido este miíércoles restringir los permisos de trabajo de todos los ciudadanos de la Unión Europea tras activar la cláusula de salvaguarda de la libre circulación de personas. Este mes de febrero, el país alpino ya se había planteado cerrar sus fronteras a españoles, italianos y portugueses, pero al final la restricción se extiende a todos los ciudadanos comunitarios.
El Consejo Federal ha cedido así a las presiones de la derecha y, además de mantener las restricciones que ya afectaban a los ciudadanos de los países del este de la UE, las ha extendido al resto de estados miembros por espacio de un año, informa la emisora RTS.
Precedente con el Este
Esta cláusula está incluida en el acuerdo bilateral de libre circulación firmado con Bruselas en 2002. En principio, no parece incompatible con el acuerdo de Shengen que permite la libre entrada y salida de ciudadanos, sin entrar en la cuestión del permiso de residencia.
De hecho, este mecanismo ya fue usado por el Gobierno de Berna hace unos meses para controlar la entrada de inmigrantes procedentes de Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia y República Checa.
Incremento del 10% de los permisos de trabajo
Berna tiene la posibilidad de aplicar este mecanismo de protección si se produce un incremento de 10% en el número de permisos de trabajo concedidos a los ciudadanos de la UE, con respecto a la media de los tres años precedentes.
La cláusula, según prevíé el propio acuerdo, no puede durar más que un año y el Gobierno suizo podría verse forzado a levantarla para dejar entrar a trabajadores de sectores estratíégicos para el país, como la agricultura o el turismo, que dependen de la mano de obra extranjera.