Por... Amilcar Morales Garcia
Uno de los principales bancos de Francia, la Sociíétíé Gíéníérale, anunció un nuevo plan de reestructuración que implica reducir personal para bajar sus costos de operación y resguardar los beneficios de sus accionistas.
La entidad había iniciado un proyecto de reducción de gastos por 550 millones de euros, a los que ahora agregará 900 millones más para enfrentar la caída de sus utilidades en el primer trimestre de 2013.
De acuerdo con las organizaciones sindicales, la primera etapa del plan de reorganización se traduciría en la píérdida de entre 600 y 700 empleos en el país, una cifra que ahora se incrementará en los próximos dos años.
Un comunicado difundido este martes por el banco señala que la mitad de la reducción de los costos ocurrirá en las dos mil 700 oficinas distribuidas en todo el territorio galo y el resto en la rama de financiamiento e inversiones.
La Sociíétíé Gíéníérale es la segunda entidad financiera de Francia y la tercera en toda la zona euro y tiene presencia en unos 80 países de todo el mundo.
Según los directivos de la institución la reestructuración obedece a la caída de las tasas de interíés y la prolongada crisis financiera en la Unión Europea, que redujo su beneficio neto en casi 50 por ciento durante enero-marzo de este año con respecto a igual período de 2012.
Con esta medida el sector bancario francíés se suma a otros programas similares adoptados por grandes corporaciones industriales, entre ellas la PSA Peugeot Citroen, los cuales hacen recaer los costos de la mala coyuntura económica sobre los trabajadores.
Peugeot se dispone a reducir unos ocho mil puestos en tres años y cerrar la fábrica de Aulnay-sus-Bois con el alegado propósito de compensar la caída de la demanda en el mercado automovilístico europeo.
La Confederación General del Trabajo denunció en reiteradas ocasiones que estas empresas obtuvieron cuantiosas ganancias en años anteriores y tienen suficientes recursos para enfrentar la crisis sin necesidad de sacrificar a sus asalariados.
El desempleo crece sin cesar desde hace 22 meses en el país galo, donde cruzó su registro histórico en marzo y afecta en la actualidad a más de tres millones 220 mil personas en edad laboral.