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Autor Tema: El fin de los milagros en Amíérica Latina  (Leído 131 veces)

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El fin de los milagros en Amíérica Latina
« en: Mayo 08, 2013, 06:59:36 pm »
Por...  Manuel Hinds
 


 
Entre 1993 y 2002 hubo una caí­da de los precios de los productos primarios, que son los que tienen poco valor agregado y que representan la mayor parte de las exportaciones de Amíérica Latina (con algunas excepciones, como Míéxico y El Salvador, que exportan más productos industriales que primarios). Esto causó una caí­da en el crecimiento de la región. Como es muy común, la gente atribuyó la caí­da a lo primero que se les ocurrió. Esto fue que el mercado libre habí­a fracasado en Amíérica Latina.

Esa idea se puso de moda, impulsando a los nuevos lí­deres del Socialismo del Siglo XXI a proponer una serie de ideas vagas basadas en una mayor intervención estatal en la economí­a. Así­ subieron al poder Lula en Brasil, Chávez en Venezuela, los Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Correa en Ecuador y Ortega en Nicaragua. Estos gobiernos comenzaron a dar subsidios a diestro y siniestro erogando enormes cantidades en gastos corrientes y descuidando las inversiones en infraestructura, que son indispensables para crecer.

Entonces sucedió una cosa extraordinaria, producto de la pura suerte: EE.UU. comenzó a consumir más de lo que producí­a, con lo que sus importaciones subieron enormemente, con lo que China y otros paí­ses comenzaron a aumentar sus exportaciones de bienes industriales a EE.UU., con lo que sus importaciones de productos primarios para convertirlos en bienes industriales subieron rápidamente.

En el proceso, los precios de todos los productos primarios entraron en un gran boom, creciendo a tasas extraordinarias. Como todos los paí­ses del Socialismo del Siglo XXI son principalmente exportadores de productos primarios, sus exportaciones crecieron muy rápidamente, causando booms en las economí­as domíésticas de esos paí­ses. Era pura casualidad, pero los nuevos gobiernos se echaron la gloria de las tasas más altas de crecimiento, como si eran el resultado de sus propias polí­ticas. Decir que Brasil y otros exportadores de productos primarios iban a ser los motores de la economí­a mundial se puso de gran moda.

Hubimos muchos que repetimos hasta la saciedad que no habí­a nada nuevo en el alto crecimiento de estos paí­ses. A travíés de la historia han crecido cuando los precios de los productos primarios han subido, y se han contraí­do cuando estos precios han bajado. Pero la moda es la moda y la evidencia de que está equivocada no la cambia.

Ahora EE.UU. ha bajado el ritmo al que gasta más de lo que produce y los precios de los productos primarios han comenzado a bajar. Con ellos, la tasa de crecimiento de los paí­ses que los exportan han comenzado a bajar tambiíén. Argentina tiene una escasez de dólares tan grave que tiene hasta perros en las aduanas para que olfateen dólares que la gente pueda estar sacando del paí­s. Venezuela está en franca crisis económica. Brasil, que iba a ser el motor de la economí­a mundial, casi no creció en 2012 y este año no va a crecer tampoco.

Ahora el objeto de admiración es Míéxico, que antes fue despreciado porque mantuvo polí­ticas prudentes mientras los demás se desbocaban pero que, por tener una economí­a más moderna (exporta principalmente bienes industriales) creció menos durante el boom. Todaví­a está de moda decir que la democracia y el mercado libre no funcionan en Amíérica Latina. Pero ya mucha gente está descubriendo lo obvio: que menos funcionan las polí­ticas económicas de Lula, Chávez y los Kirchner. En la prensa internacional ya hay muchos que ya volvieron a descubrir que el crecimiento de estos paí­ses era pura suerte. Como en un reciente artí­culo del Financial Times, ya están refiriíéndose a las polí­ticas de financiamiento y subsidios gubernamentales como "los excesos de Lula". Estos excesos, cometidos en todos los paí­ses que se alinearon a la filosofí­a del gasto desaforado, ya se están convirtiendo en serios problemas económicos y polí­ticos. Llegó el tiempo de pagar los platos rotos en la francachela de los últimos años.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...