Segundas partes nunca fueron buenas… o tal vez sí, porque en las subastas de deuda que realiza el Tesoro Público sí están siendo provechosas. Estas emisiones no terminan de forma estricta el día en que se celebran, sino que tienen continuidad en una operativa que tíécnicamente recibe el nombre de segunda vuelta. Y estas segundas vueltas se están convirtiendo en 2013 en un autíéntico filón para el Tesoro y, sobre todo, para los creadores del mercado, es decir, las entidades financieras que colaboran con el organismo emisor en las colocaciones de deuda y que favorecen la liquidez de los títulos una vez que han sido emitidos.
En los cuatro primeros meses de 2013, las segundas vueltas -que vienen a ser como una ampliación de la subasta- han reportado 10.370 millones de euros adicionales al Tesoro, cuando en el mismo periodo de 2012 apenas habían conseguido 2.250 millones por esta vía. O lo que es lo mismo, el volumen se ha multiplicado por 4,6 veces.
Pero este incremento no beneficia exclusivamente al Tesoro, que encuentra en ellas financiación adicional, sino que favorece especialmente a los creadores de mercado. “En un contexto de rendimientos a la baja, como el que se está viendo en 2013, y en el que el precio de los títulos emitidos en las subastas ha corrido bastante nada más salir al mercado, para los creadores del mercado es como chutar a balón paradoâ€, valora un operador de una entidad española que prefiere no ser citado.
¿Por quíé les beneficia tanto? Porque las segundas vueltas son un coto vedado para esas entidades, con lo que pueden beneficiarse en exclusiva de las especiales características de esta operativa. Sobre todo, de tres. La primera: para decidir si acuden a la segunda vuelta, disponen de un plazo para pensárselo, que en concreto abarca hasta las 12 del mediodía del segundo día hábil posterior a la subasta. La segunda: si finalmente acuden, cada entidad puede pedir hasta un 20% -ampliable si el creador es muy activo- de la cantidad adjudicada durante la subasta. Es decir, si un creador se hizo con 100 millones en la subasta, puede pedir otros 20 en la segunda vuelta. Y la tercera: podrán hacerse con los títulos al precio medio al que fueron subastados.
Estos privilegios les corresponden por su condición de creadores de mercado y pueden hacer uso de ellos, acudiendo a la segunda vuelta, si les conviene. Y les interesa, particularmente, cuando el mercado acoge los nuevos títulos con compras. ¿El motivo? Si, por ejemplo, los títulos se emiten a un precio de 100 el martes y el jueves cotizan en el mercado secundario -en el que se compran y se venden tras haber sido emitidos- a 101, el creador ejerce su opción y acude a la segunda vuelta para comprar a 100 lo que ahora cuesta 101. Con venderlos, obtienen una ganancia automática. Otra variante consiste en hacer trading con esos títulos extra conseguidos en la segunda vuelta para obtener beneficios con la variación de los precios.
Un ejemplo reciente. El 18 de abril, el Tesoro subastó bonos a tres años a un precio medio de 101,68. Como el precio subió nada más salir el título al mercado, a los creadores les interesaba ejercer la opción de personarse en la segunda vuelta -podían comprar a un precio inferior al vigente en el mercado en ese momento-. Y así ocurrió, porque en la segunda vuelta de esa emisión el volumen alcanzó los 296,1 millones de euros.
"Dinero fácil y sin problema. Si el creador ve que el precio ha subido, acude a la segunda vuelta, vende los títulos y se lleva la ganancia", concluye otro operador de renta fija. Y añade: "En un entorno como el de 2011 y comienzos de 2012, con poca liquidez y mucha tensión, los creadores de mercado lo pasaron mal porque debían dar precio y liquidez en unas condiciones difíciles. Si en estos últimos años sufrieron el lado malo de su función, ahora ha cambiado el panorama y en los últimos meses están viviendo el lado bueno". En la actualidad hay 22 creadores de mercado dentro del segmento de las letras del Tesoro y 23 creadores para los bonos y las obligaciones.
Estas apreciaciones se confirman con los datos, puesto que el grueso de los más de 10.000 millones registrados hasta la fecha en las segundas vueltas procede de la deuda a medio y largo plazo, la más apetitosa para los inversores porque sus rendimientos destacan en un contexto de rentabilidades tan bajas como el actual. En concreto, las segundas vueltas de las colocaciones de bonos y obligaciones han reportado a las arcas públicas casi 6.600 millones de euros. Por su parte, la deuda a corto plazo –letras a 3, 6, 9 y 12 meses- han proporcionado cerca de 3.800 millones.
Hoy, a por 4.500 millones
Tanto los creadores del mercado como el Tesoro esperan que el buen tono de las subastas se mantenga hoy, puesto que el organismo emisor celebrará la primera colocación de mayo. Para abrir el mes, el Tesoro subastará tres referencias distintas: bonos con vencimiento en julio de 2016 y enero de 2018 y obligaciones con vencimiento en julio de 2026.
Todo indica que, dada la favorable evolución reciente de los rendimientos, los costes de financiación se abaratarán con fuerza con respecto a los últimos precedentes. El 18 de abril, el Tesoro adjudicó los títulos a 2016 con un rendimiento medio del 2,79%. Actualmente, su rentabilidad se encuentra en el 2,28% en el mercado secundario. Y lo mismo ocurre con las otras dos referencias: los bonos a 2018, subastados a mediados de abril al 3,25%, se mueven ahora en el 2,82%, y las obligaciones con caducidad en 2026 se encuentran en el 4,318%, cuando en enero fueron adjudicados al 5,55%.