El futuro de Catalunya Banc y de Novagalicia se conocerá en los próximos días, una vez que McKinsey y Nomura hayan perfilado los últimos retoques a su informe sobre el futuro de la banca nacionalizada.
De momento, todas las fuentes consultadas dan por hecho que tanto la firma catalana como la gallega serán subastadas antes de fin de año, aunque los procesos puede que difieran considerablemente ya que la situación de cada una de estas entidades es distinta, aseguran fuentes financieras.
Hasta entonces, se espera que haya una coordinación de las entidades públicas, encabezadas por Bankia, en algunos puntos del negocio de estas entidades, como puede ser en la estrategia a seguir con clientes conflictivos, caso de Pescanova, en las ventas de las participaciones industriales comunes o en la de ciertos críéditos hipotecarios o inmobiliarios que no han pasado a Sareb.
Para sacar de sus balances estos activos en varios casos irrecuperables, el informe de McKinsey incluye la creación de un banco malo puente, que separaría el negocio sano en la entidad financiera de la actividad más conflictiva.
Críéditos irrecuperables
En el caso de Catalunya Banc, en el que ya se detectaron unos 3.000 millones de euros en críéditos irrecuperables y que fueron parte de la razón por la que los bancos sanos pedían ayudas en su anterior proceso de subasta, la constitución de este banco puente es una solución que cuenta con varios defensores, incluido el FROB.
No es el caso de Novagalicia, entidad que desde hace un año inició la venta de una parte de sus participadas, y ya constituyó su propio banco malo, UGAS, que está en fase de venta y por el que han recibido ya 12 ofertas.
La firma gallega lleva insistiendo desde hace más de un año en que cuenta con varios fondos internacionales dispuestos a entrar en su capital y convertirse en sus máximos accionistas, proyecto que mantiene. Además, la situación financiera de Novagalicia Banco es distinta a la de Catalunya Banc.
La entidad que preside Josíé María Castellano, de hecho, volvió ayer a los beneficios al ganar 21,2 millones hasta marzo. Y, según publicó ayer, cuenta con una ratio de capital superior al 11%, lo que supone un excedente de unos 700 millones de euros, aunque tienen destino. El grupo debe finalizar aún el proceso de arbitraje de sus preferentes, lo que le seguirá arañando capital. Además, tiene que reclasificar, como toda la banca, gran parte de sus críéditos refinanciados, lo que puede suponerle nuevas necesidades de provisiones, y seguir con el saneamiento de su participación en Pescanova, en donde ya ha provisionado un 25% con cargo a los resultados del primer trimestre.
Además, la firma gallega ya ha iniciado su reestructuración con la aprobación de un ERE con los sindicatos, algo que aún no ha comenzado a llevar a cabo Catalunya Banc, una tarea que será ejercida ahora por el nuevo presidente Carlos Pla, que ha sustituido a Adolf Todó.
Preferentes
Uno de los flecos que debe resolver Novagalicia Banco antes de su subasta, no obstante, es haber concluido tanto el arbitraje como el canje de sus preferentes. El Gobierno ha ampliado el plazo para resolver el escollo en seis meses más, con lo que el periodo para solucionar el canje de los híbridos finaliza a finales de año, pero Novagalicia prevíé resolverlo antes de octubre, lo que le facilitará su venta, además de poder pedir más dinero y descartar ayudas públicas en su subasta, según los estudios que maneja el Gobierno.
En el caso de Catalunya Banc, el proyecto que baraja el FROB y el Banco de España es que la entidad se venda troceada tras su saneamiento definitivo. El fracaso de su anterior proceso de subasta, llevado a cabo a principios de marzo, ha puesto sobre la mesa esta posibilidad que ya reclamaba la gran banca desde hace tiempo. Tampoco se descarta que ocurra lo mismo con Novagalicia.