El Grupo Prisa nunca descuida a sus capos. Al punto que recientemente les ha hecho entrega de un nuevo paquete de acciones en atención al plan de retribuciones puesto en marcha por la firma, según han comunicado miembros del consejo de administración a la CNMV. Todo apenas días despuíés de que el principal ejecutivo de la sociedad, Fernando Abril-Martorell, admitiera ante los analistas que la editora de El País no puede cumplir con los compromisos adquiridos con las entidades financieras. Por si fuera poco, el grupo acumula píérdidas superiores a los 700 millones en los últimos dos años y la deuda supera los 3.000 millones de euros.
Los dos miembros del cónclave que han hecho público el abono con fecha 14 de mayo son Borja Píérez Arauna –hijo del fallecido Francisco Pancho Píérez, cofundador de la compañía con Jesús Polanco- y Juan Arena –que ejerce de consejero independiente y es presidente del Comitíé de Auditoría del grupo de medios-. Ambos han recibido 21.128 títulos a un precio de 0,27 euros, una remesa simbólica debido al desplome que arrastra la cotización de la sociedad. Como ha sucedido en anteriores ocasiones, lo lógico es que el resto de miembros del cónclave comuniquen al supervisor la recepción de un paquete similar en los próximos días.
Según consta en el Informe de Política de Retribuciones para 2013, la participación en el Consejo del grupo garantiza a sus miembros 75.000 euros anuales. Pueden cobrarlos en efectivo o en acciones. Aunque la fórmula general es pagar un 60% en cash y en un 40% en títulos de Prisa, el documento establece que, “a partir de octubre de 2012, se ha previsto que esta cantidad pueda ser abonada íntegramente en metálicoâ€. Del mismo modo, “cuando la opción del consejero es el pago parcial en acciones de Prisa, estas se entregan trimestralmenteâ€, expone el informe. La cifra sube según se participe en comisiones o comitíés.
En vista de la situación macroeconómica, los consejeros ejecutivos –a la sazón el propio Cebrián, Manuel Polanco y Abril-Martorell- renunciaban en 2012 a su retribución variable, despuíés de los más de 13 millones que se embolsó el presidente ejecutivo en 2011. “Han acordado voluntariamente con la compañía, habida cuenta de las circunstancias económicas generales, que la retribución correspondiente al ejercicio 2012 sea exclusivamente la retribución fija estipulada en sus contratos, sin atribución de ningún tipo de compensación variableâ€, recogían las cuentas remitidas a la CNMV. En todo caso, el Consejo se repartió 5,35 millones en 2012, tras registrar la compañía píérdidas de 255,03 millones.
La Junta Extraordinaria de Accionistas celebrada el 27 de noviembre de 2010 -la que dio luz verde a la entrada en el capital de Liberty- aprobó un plan de retribuciones basado en la entrega de acciones entre 2010 y 2013. Un programa por el que, a mediados de 2012, los consejeros sumaban 330.000 euros en títulos en apenas 18 meses. El modelo continuará en vigor. “Teniendo en cuenta el próximo vencimiento del Plan de entrega de acciones y/o opciones (…), y en el convencimiento de que la entrega de acciones a los directivos es un instrumento de fidelización y garantía del compromiso de estos con la compañía, el Consejo propondrá a la Junta la extensión de este Plan para los próximos añosâ€, subraya el documento.
En manos de los bancos
Los pagos a directivos y consejeros contrastan con la evolución del negocio, que no permite a la compañía hacer frente a sus obligaciones con la banca. Tras los píésimos cierres de 2011 y 2012, la propietaria de la Cadena Ser perdió 12,03 millones entre enero y marzo de este año, un 49,7% más. Un periodo en que el agujero de la compañía se elevó hasta los 3.158 millones de euros. Los propios gestores de la casa admitían que no podrán cumplir con los vencimientos de deuda que afrontan el próximo mes de marzo y han comenzado las negociaciones formales con la banca acreedora para arrancarle una nueva refinanciación. Será la tercera en apenas tres años, sin contar con el canje de deuda por valor 334 millones al que han accedido Santander, La Caixa y HSBC.
“Estamos cerca de formalizar las negociaciones con un amplio grupo de bancos con la intención de, obviamente, llevar a cabo algún tipo de reestructuración. Siempre con la idea de mejorar el escalonamiento de los pagos en función de la evolución del negocio y de conseguir más flexibilidad, lo que al final es bueno para los bancos y para nosotrosâ€, aseguraba Abril-Martorell, abogando por una suerte de refinanciación a la carta. Para justificar sus peticiones, los gestores del grupo recordaron que la deuda alcanzaba los 5.000 millones de euros a finales de 2010 y que, pese al duro escenario macroeconómico, se han repagado 1.400 millones. En el horizonte, la venta de activos para contentar a la banca, con Digital+ como el más codiciado.