Las comunidades gastaron en el primer trimestre 34.680 millones, 2.145 millones menos que en el mismo período de 2012. Supone un ahorro similar al logrado en todo el año pasado e ilustra el efecto de las medidas de ajuste adoptadas a mitad del ejercicio anterior.
Sin embargo, los datos de ejecución presupuestaria de las comunidades autónomas ofrecen datos que pueden dar lugar a interpretaciones contrapuestas. Así, el desfase autonómico hasta marzo alcanzó los 1.235 millones (0,12% del PIB) frente a los 149 millones (0,01%) del mismo período del año anterior. Sin embargo, este incremento del díéficit resulta equívoco. En 2012, la Administración central adelantó en la primera parte del año transferencias ante la falta de liquidez de las comunidades, una medida que se ha atenuado para este ejercicio. Fuentes de Hacienda indican que, excluyendo el efecto del distinto ritmo de anticipos, el díéficit autonómico se situó en el primer trimestre en el 0,24% frente al 0,47% del mismo período del año anterior.
Si bien los datos de ingresos están desvirtuados por los anticipos, los gastos permiten un análisis más atinado. Las comunidades lograron en tres meses recortar el gasto público en 2.145 millones, a pesar de que la partida en intereses aumentó en 500 millones. Esta tendencia se mantendrá a lo largo del año. De hecho, el gasto para pagar el coste de la deuda es el único capítulo en que las comunidades no tienen posibilidad alguna de ahorro a corto plazo. En todo 2012, las comunidades recortaron el gasto en 2.260 millones, una cifra inferior al ahorro alcanzado en el primer trimestre. Ello refleja el efecto de medidas de ajuste, sobre todo en sanidad y educación, que se adoptaron en la segunda mitad de 2012.
Las cifras de Hacienda muestran que ocho comunidades (Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, País Vasco y La Rioja) lograron cerrar el primer trimestre con superávit, es decir, ingresaron más de lo que gastaron. Sin embargo, resultaría aventurado sacar grandes conclusiones. En primer lugar, algunas autonomías, como la Comunidad Valenciana, han recibido mayores aportaciones de liquidez del Estado, lo que ha permitido elevar su capítulo de ingresos en el primer trimestre, un efecto que se irá diluyendo a media que avance el año. De hecho, comunidades que el año pasado cumplieron el objetivo de cerrar con un díéficit inferior al 1,5%, figuran en el primer trimestre entre las peor saneadas. Obviamente, en tres meses no se pueden producir esos vuelcos.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el díéficit autonómico suele acelerarse en la parte final del año. En 2012, el desfase autonómico pasó de 9.851 millones a 18.436 millones en el cuarto trimestre. Y, en algunas autonomías, el 80% de los números rojos afloraron entre septiembre y diciembre.
Ante esta circunstancia, los datos publicados ayer no permiten realizar proyecciones acerca de las comunidades que se encuentran en disposición de cumplir la senda de consolidación fiscal. El objetivo se ha fijado en el 1,2% de media, aunque su reparto por comunidades será asimíétrico.
La Administración central, por su parte, cerró el primer trimestre con un díéficit de 16.071 millones (1,53% del PIB) frente a los 20.306 millones (1,93%) del año anterior. Los datos muestran que el Estado gastó 43.334 millones hasta marzo, 2.636 millones menos. Un descenso que, entre otros motivos, se explica por las menores transferencias a las comunidades. La Seguridad Social, por su parte, alcanzó un superávit hasta marzo de 2.410 millones, sin embargo, la previsión es que cierre con un díéficit de 14.700 millones. Sin contar con los ayuntamientos –cuyos datos se publican con más retraso– el desfase del sector público se situó en el primer trimestre en el 1,42% frente al 1,53% registrado entre enero y marzo de 2012.
Rajoy rechaza la batalla dialíéctica de sus barones
En la última semana, la mayoría de comunidades gobernadas por el PP (Madrid, Extremadura, Castilla y León o Aragón) han mostrado de forma contundente su rechazo frontal a establecer objetivos de díéficit a la carta como pretende Hacienda. “No lo vamos a permitirâ€, señaló el presidente extremeño, Josíé Antonio Monago. Su homólogo madrileño, Ignacio González, advirtió al Gobierno que no se puede cambiar “dinero por independenciaâ€, en referencia a Cataluña. Es la primera vez que el Gobierno de Mariano Rajoy recibe tantas y tan duras críticas desde dentro de su propio partido. En cualquier caso, de momento, Hacienda mantiene su intención de fijar objetivos de díéficit diferenciados, postura que defiende la Generalitat de Artur Mas. Rajoy rechazó ayer entrar en la batalla dialíéctica, aunque advirtió a sus barones que las discusiones públicas “no son útilesâ€.
“Haremos una cosa sensata, razonable y equilibrada, que es lo que necesita la economía española y que todo el mundo entenderáâ€, señaló el presidente del Gobierno. Y, además, recordó que el Ejecutivo ya elevó del 0,7% al 1,2% el objetivo de díéficit autonómico, lo que supone una menor presión para las cuentas de las comunidades.
La idea de Hacienda es fijar un umbral de díéficit más generoso para las comunidades que cerraron 2012 con peores datos. En este grupo se encuentran la Comunidad Valenciana y Murcia (ambas gobernadas por el PP), Cataluña y Andalucía. Si bien las críticas del resto de autonomías se focalizan sobre la Generalitat de Cataluña, la realidad es que el presidente valenciano, Alberto Fabra, y el murciano, Ramón Luis Valcárcel, se alinean, en este punto, con las tesis catalanas
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