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El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, planteó como meta para el Gobierno revertir la tendencia de estancamiento de la economía y garantizar un crecimiento en el entorno del cuatro o cinco por ciento.
Al evaluar la gestión del gabinete en su primer año de trabajo, desde la conformación del nuevo equipo, bajo la presidencia de Vladimir Putin, Medvedev expresó beneplácito con la labor en general, pero puso acento en las dificultades económicas.
Consideró que la situación no es tan dramática, pero no está sucediendo nada bueno en la economía, subrayó en un encuentro con periodistas, este domingo.
Dijo que a pesar de la tendencia mundial, el escenario de desarrollo del país en este trienio necesita un crecimiento de 4-5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Recordó que en la reciente reunión del ejecutivo se trazó un escenario moderado-optimista para el crecimiento económico en el entorno de cuatro puntos porcentuales, y otro no puede haber, enfatizó.
Medvedev insistió en que la cuestión económica sigue siendo el principal desafío para el gabinete y para el Estado, en estos momentos.
Al mismo tiempo, opinó el jefe del Gobierno que pueden existir diversos criterios de evaluación de la gestión gubernamental, pero en general el país se desarrolló en los últimos 12 meses, aseveró.
Expuso a modo de ejemplo los parámetros macroeconómicos, los que, a su juicio, están en un nivel aceptable, con un díéficit del presupuesto federal casi en cero y una buena correlación de la deuda respecto al PIB, en el rango de 10 por ciento, inferior a indicadores de otros países desarrollados, indicó.
Pronosticó un inflación de alrededor de seis por ciento anual, lo que comparativamente no representa un resultado malo para Rusia, frente a cercanos concurrentes, contrastó el mandatario.
Sobre los planes de privatización, Medvedev aseguró que existe total coincidencia entre los ministros en que el proceso debe continuar su curso, aunque admitió que no alcanzaron el volumen de ingresos proyectados con la venta de activos estatales.
Precisó en este punto, que en lo concerniente a Rosneft, la compañía estatal energíética más grande, se prevíé como perspectiva reducir la cuota de participación del Estado hasta 51 por ciento.
Hasta ese porcentaje puede privatizarse la compañía, "sin peligro de perder las posiciones estratíégicas", afirmó Medvedev.
Recientemente el Ministerio de Desarrollo Económico propuso la venta adicional de otro 19 por ciento de las acciones del consorcio estatal.
En su balance del primer año de gestión a inicios de mayo, el presidente Vladimir Putin criticó con duros cuestionamientos al gabinete por el incumplimiento de algunos decretos concernientes al bloque de la política social, en particular la reforma del sistema de pensiones y el modelo económico