El respaldo de los expertos es una ventaja. Pero ojo: las expectativas del mercado son más exigentes
Las recomendaciones y análisis de los expertos pueden suponer una herramienta muy útil para invertir en bolsa. Y es que, en la mayoría de los casos, el consenso de analistas suele dar en el clavo. De hecho, quince de las 20 compañías que batieron al índice en 2012 contaban con el consejo de compra de más del 50% de los expertos, según Bloomberg. Sin embargo, tampoco es aconsejable dejarse guiar ciegamente por el criterio de la mayoría. Los valores de consenso, es decir, los preferidos por las firmas de análisis, tambiíén entrañan sus riesgos. ¿Quíé pros y contras implica apostar por las compañías más recomendadas ? Ventajas de remar con la mayoría “Suelen ser valores con más empuje, con más soporte. Y compiten mejor por el efecto reclamoâ€, explica Miguel Macho, director de Gestión y Renta Variable de Deustche Bank Wealth Management. Dos claros ejemplos de las ventajas que supone nadar a favor del mercado son Grifols e Inditex. Tanto la compañía textil como la empresa de hemoderivados se situaban entre las favoritas de los analistas en 2012, gracias al potente crecimiento de sus resultados, a prueba de crisis. En diciembre de 2011 contaban con el consejo de compra de más de la mitad de los analistas, según Bloomberg. Y la evolución de las acciones no defraudó. Ambos valores cerraron el año con un alza superior al 66%. En el lado contrario, una compañía que cuenta con una mayoría de recomendaciones de venta lo tiene más complicado para convencer al mercado. “Los inversores institucionales contamos con nuestro propio servicio de análisis. Pero si nuestro equipo nos recomienda un valor con mayoría de recomendaciones de venta, le hacemos más preguntasâ€, comenta Macho. Un listón demasiado elevado En la otra cara de la moneda, los valores que cuentan con el respaldo del mercado gracias a la fortaleza de sus ingresos presentan un riesgo específico: defraudar las expectativas. El listón de estas compañías es muy elevado y si no lo superan, el castigo puede ser muy superior al que recibiría otra compañía cotizada que tuviera menos visibilidad. Uno de los valores que más claramente ha sido víctima de las expectativas de los analistas es Apple. La compañía tecnológica se disparó un 75% de enero a septiembre de 2012, impulsada por sus buenos resultados y el respaldo del consenso. Hasta que en octubre publicó un beneficio de 41.733 millones de dólares, un 61% más que un año antes, aunque por debajo de las estimaciones del mercado, y el valor se hundió desde los 600 hasta el entorno de los 425 dólares, que son los niveles a los que cotiza actualmente. ¿Cómo gestionar este problema? “Lo mejor es tener una exposición equilibrada a valores castigados y defensivos. Además, estos últimos tienden a tener una elevada correlación, por lo que tiene sentido escoger sólo los que más atractivos resulten al inversorâ€, señala Fernando Hernández, director de Gestión de Inversis Banco. Recomendaciones ‘a posteriori’ El consenso de analistas se calcula haciendo la media entre todas las recomendaciones de los expertos consultados. Por tanto, en ocasiones incorpora recomendaciones antiguas, formuladas varios meses atrás. En este sentido, es recomendable analizar la fecha en la que los expertos presentaron su recomendación. Especialmente cuando se ha producido un acontecimiento relevante para el valor. Por ejemplo, en el caso de Bankia no tiene sentido tener en cuenta las recomendaciones de los analistas previas al plan de recapitalización presentado por el Frob, en el que se anticipaba un fuerte efecto dilutivo para el accionista. Con todo, es inevitable que los expertos se muevan por detrás del mercado, ya que la cotización reacciona a las noticias a tiempo real. “Las recomendaciones son ex post. Los analistas no suelen adelantar el movimiento de la acción, lo suelen maximizarâ€, comenta Pablo García, responsable de renta variable de Carax Alphavalue. Hernández coincide en que “las recomendaciones de los analistas suelen ser tardíasâ€, pero defiende que a veces es posible adelantarse a la reacción del mercado. “Cuando una compañía presenta resultados, hay un periodo en el que el precio de la acción no se ha ajustado todavía, que es el que tardan los analistas en revisar sus estimaciones. Cuando todo el mundo las ha revisado, el momentum para el valor ha terminadoâ€, comenta. Gangas, invisibles para el consenso Uno de los contras de fiarse exclusivamente de los valores favoritos de los expertos es que resulta más complicado encontrar gangas bursátiles. Cuando un valor cuenta con la recomendación de compra de la mayoría de las firmas de análisis, goza de mayor visibilidad y, por tanto, es más probable que el mercado ponga en precio con rapidez su potencial. “Son valores muy vigilados y la posibilidad de plusvalías potenciales es más limitadaâ€, comenta García. Como explica Carlos Andríés, director de Inversiones de March Gestión, los inversores de estilo valor, como el multimillonario Warren Buffett, suelen huir de las compañías favoritas del mercado. “Muchas veces coincide que son baratas y suponen una o portunidad de inversión a largo plazo, pero no gustan a la mayoríaâ€, dice Andríés. Para este experto, un caso paradigmático es el de Telefónica. Cuando decidió cancelar el dividendo en julio del año pasado (y recortar el de este año a la mitad, 1,75 euros), la cotización se desplomó por debajo de los 10 euros. El porcentaje de los analistas que recomendaba comprar cayó entonces al 37% (desde el 50% en diciembre de 2011). Y sin embargo, desde esa fecha la cotización repunta más del 26%. Sin la guía del consenso de analistas ¿cómo distinguir una ganga de una apuesta fallida? La respuesta es clara: aplicando criterios de inversión muy rigurosos. A fin de cuentas, si el potencial de la compañía fuera evidente, el mercado no lo habría pasado por alto. Macho recomienda analizar el PER (precio/beneficio por acción) y ver si está refrendado por el crecimiento de las ventas. Tambiíén resulta clave conocer los niveles de deuda de la compañía en relación a sus ingresos. Carlos Andríés destaca tambiíén la importancia de que tengan un dividendo sostenible, ya que “refleja la salud financiera de la compañía y su generación de cajaâ€. Pero ¿cómo anticipar la sostenibilidad de los pagos al accionista? “Hay que ver el histórico. Muchas veces se desprecia y es una fuente de información primordialâ€, asegura. Los riesgos de los valores defensivos Los valores de corte defensivo, entendiendo como tales las compañías pertenecientes a sectores anticíclicos, con una exposición geográfica diversificada y escasa deuda, suelen centrar las recomendaciones de los analistas en íépocas de incertidumbre. Es el caso de compañías como Amadeus, Viscofan y Dia. La ventaja de estos valores es que su carácter defensivo les permite perder menos terreno cuando la aversión al riesgo repunta. De hecho, los tres avanzaron más del 37% en 2012, frente al 4,66% que retrocedió el índice. Pero al actuar como valores refugio, su potencial alcista es muy limitado. De hecho, ninguno de los cuatro presenta un recorrido alcista superior al 5%. Además, los sectores más defensivos suelen ser los menos beneficiados cuando el sentimiento del mercado mejora, ya que los inversores suelen centrar sus miras en valores con más exposición al ciclo. “El riesgo, en definitiva, no es tanto de píérdida de capital como de coste de oportunidadâ€, afirma Andríés.
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