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Autor Tema: Montoro: “Quiero bajar los impuestos, pero no hay margen”  (Leído 152 veces)

Eguzki

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Ahora me llaman socialdemócrata”, bromea Cristóbal Montoro (Jaíén, 1950), que siempre ha defendido las polí­ticas liberales. El ministro de Hacienda ha logrado dos hitos en el primer año y medio al frente de la cartera que gestiona los recursos del Estado. Por un lado, redujo el díéficit público en dos puntos en 2012 con una caí­da del PIB del 1,4%. Un hecho sin precedentes. Sin embargo, tambiíén es el ministro que más veces y en menos tiempo ha subido los impuestos en Democracia. Asegura que ello no ha resultado en vano y que el proceso de saneamiento de las cuentas públicas ha sentado las bases de una recuperación que, pronostica, “será más rápida de lo que dicen los informes oficiales y los expertos”. La mejora de la balanza de pagos, la rebaja del coste de financiación y la moderada inflación son los tres elementos que alimentan el optimismo de Montoro.

Tras elevar el IRPF en diciembre de 2011, aseguró que al final de la legislatura los españoles pagarí­an menos impuestos que al principio de la misma. ¿Mantiene esa afirmación?

Sí­, aunque con matices. Hay “grandes contribuyentes” que deberán pagar más al final de la legislatura.

¿Cree que las medidas adoptadas están dando buenos resultados?

La situación económica está mejorando. Estamos ante cambios muy positivos que proceden de la estabilidad económica, la mejora de la balanza de pagos, el acceso a los mercados y a una financiación en mejores condiciones y la baja inflación –que eleva la renta disponible de millones de españoles– son las bases para un cambio económico. Estamos dando la vuelta.

¿Hay datos para pensar que el crecimiento económico llegará antes de lo previsto o incluso ya en el tercer o cuarto trimestre?

Están confluyendo elementos de estabilidad. Si será el tercer o cuarto trimestre, no lo síé. Pero la recuperación va rápido, más rápido de lo que dicen los informes oficiales o los expertos. Estamos registrando un cambio de condiciones muy relevantes y seguir con este ritmo reformista es muy importante.

¿Quíé reformas son prioritarias y tendrán un mayor efecto sobre la economí­a?

Tenemos la reforma local, que permitirá alcanzar el principio de una competencia una Administración. Seguimos avanzando en la reforma de la Administración Pública, que en parte ya se ha realizado con medidas como la Ley de Estabilidad Presupuestaria, la ampliación de horarios laborales o la reducción de dí­as de libre disposición. Está pendiente ultimar la reforma energíética y avanzaremos con la liberalización de infraestructuras en el sentido de dar entrada al capital privado. Y una de las medidas más importantes y de la que se habla poco, es la Ley de Unidad de Mercado, que servirá para eliminar obstáculos a la actividad económica interior.

¿Y la Ley de Emprendedores?

Se aprobará muy próximamente. Tiene tres vertientes: limitar la responsabilidad patrimonial del emprendedor sin desproteger a los acreedores, facilitar la financiación y aplicar importantes incentivos fiscales. En ella se plantea aprobar el IVA de caja, que beneficiará a más de dos millones de contribuyentes.

Acogerse al IVA de caja derivará en un mayor control fiscal. ¿Teme que ello reduzca el número de empresas y autónomos que se beneficiarán del nuevo ríégimen?

El control fiscal es positivo y necesario. No podemos dar lugar a un fraude a travíés de ninguna norma. Y el mayor control se verá de sobra compensado por la mejora de la financiación del emprendedor. Estoy convencido de que en poco tiempo entrarán en el nuevo sistema todos los contribuyentes con derecho. El IVA de caja permitirá que el autónomo y la pyme no liquiden el impuesto hasta que no haya cobrado la factura.

Ha señalado que la baja inflación elevará la renta disponible, sin embargo, aprobarán una medida que va justo en dirección contraria como es la subida de impuestos especiales sobre el tabaco y el alcohol.

Los impuestos especiales en España son más bajos que la media de la Unión Europea y los sectores lo saben.

Pero quien paga es el consumidor final...

Cualquiera que viaje a otros paí­ses europeos sabe lo que pagan allí­. A mí­ no me gusta subirlos, pero hay bienes que tienen externalidades negativas y hay margen para aumentarlos. Aunque la subida será moderada.

¿Quíé significa moderada?

No puedo concretar más. Se subirán con prudencia. España es un paí­s de servicios y no estamos hablando de igualar los impuestos especiales a otros paí­ses con una estructura económica distinta. Se trata de ajustes y de ajustes que son inevitables.

¿Plantean algún cambio en hidrocarburos?

No, ya están suficientemente caros. Hay consumos y consumos. Encarecer fiscalmente el carburante no lo vamos a hacer. Además, por fin, estamos recaudando más por hidrocarburos.

¿Está aumentando el consumo de carburantes?

Sí­, hasta marzo caí­a. Pero en abril ha aumentado la recaudación y por eso digo que “nos estamos moviendo”. Detectamos actividad económica porque hay incremento de recaudación.

Tambiíén está previsto crear nuevas figuras impositivas medioambientales. ¿Quíé productos quedan por gravar?

Hay consumos contaminantes, que constituyen hechos imponibles que no están gravados en España. La tendencia será introducir fiscalidad indirecta a cambio de rebajar la fiscalidad directa, que es lo que vamos a ir haciendo.

Entonces, ¿no hay posibilidades de rebajar el IRPF este año?

No. No se puede. Quiero bajar impuestos, pero no hay margen.

Pero Bruselas ha flexibilizado el objetivo de díéficit para España.

La flexibilidad del díéficit proviene del cambio de escenario económico, unas previsiones donde se reconoce que vamos a tener un díéficit en la Seguridad Social mayor, tanto por el subsidio de paro como por el propio sistema de pensiones. Ello absorbe prácticamente el margen para el Estado. Tenemos que reducir el díéficit estructural casi en la misma proporción que el año anterior, en torno a 2 puntos de PIB. Y este cumplimiento es lo que nos facilita la apertura a los mercados internacionales. Insisto en que la mejora de la financiación de la economí­a española propiciara el cambio de escenario macroeconómico en el que podremos practicar otras polí­ticas tributarias, pero no antes. No podemos hacer experimentos.

¿Cómo se reducirá el díéficit estructural en dos puntos este año?

En este ejercicio entran en plenitud todas las medidas, tanto de gasto como de ingresos, aprobadas el pasado año. Hay que esperar a ver sus efectos completos, como la congelación salarial y de plantilla en el sector público. La realidad es que vamos en la senda correcta. El dato de díéficit de las comunidades autónomas en el primer trimestre, del 0,12%, es bueno y a finales del próximo mes confirmaremos que el resultado del consolidado de las Administraciones Públicas está en la senda de consecución del objetivo de díéficit para este año.

El próximo 29 de mayo, la Comisión Europea publicará su dictamen sobre la economí­a española y la senda de díéficit. ¿Temen alguna sorpresa?

No, Bruselas ya ha dicho que España está haciendo las reformas adecuadas y al ritmo que debe, permitiendo que la economí­a gane competitividad. Todo es para afrontar la creación de empleo, pero para mejorarlo hay que corregir antes los desequilibrios macroeconómicos.

Bruselas siempre insiste en que España debe recaudar más por IVA y recomienda gravar al 21% productos y servicios que ahora aplican tipos reducidos. ¿Se plantean, a medio plazo, seguir esa recomendación?

Rotundamente, no. Los consumos que están a tipos reducidos son vitales para la economí­a española. Son sectores en los que somos competitivos y no hay margen para elevar los impuestos sin perjudicar esa competitividad.

Tambiíén está encima de la mesa una nueva revisión del impuesto sobre sociedades. ¿Quíé medidas adoptarán?

No haremos nada distinto de lo que está vigente en los paí­ses europeos más avanzados. La recaudación en el impuesto sobre sociedades cayó hasta 2012 por la crisis y tambiíén por la utilización de una normativa que estamos cambiando. Yo he llegado a este ministerio en una situación anómala: grandes grupos empresariales pagan tipos efectivos excesivamente bajos por la regulación fiscal.

Suprimir deducciones equivale a una subida fiscal.

Se puede interpretar así­. Mi referencia en este ámbito es Alemania y queremos que el impuesto sobre sociedades se acerque al vigente en Alemania. Y nadie puede decir que las empresas alemanas no con competitivas. Insisto, en España, los tipos efectivos de los grandes contribuyentes son anormalmente bajos, impropios de un paí­s desarrollado. Y eso es lo que hay que cambiar porque nos conviene a todos. Tambiíén a las grandes empresas, fí­jense como están accediendo a la refinación en los mercados internaciones las grandes empresas en esta primera mitad de año.

¿Van a limitar más la posibilidad de deducir de los gastos financieros?

No. La limitación del 30% funciona bien y es suficiente. Quedan otras deducciones por revisar. Ese es el margen y solo afectará a los grandes contribuyentes. Hay que homogeneizar el impuesto de sociedades a nuestro entorno.

¿Eliminarán, tal y como está previsto, el impuesto sobre el patrimonio en 2014?

Hemos asumido el compromiso de revisar la financiación autonómica y la financiación local. Antes, haremos una valoración de los sistemas vigentes y, en consecuencia, extraeremos conclusiones. Analizaremos los distintos elementos de la imposición patrimonial para eliminar la provisionalidad del impuesto sobre el patrimonio.

Entonces, ¿las comunidades tendrán capacidad para gravar en 2014 los mismos hechos imponibles que ahora se incluyen en Patrimonio?

No necesariamente. Se trata de ir a una revisión de hechos imponibles. Ordenarlos. Vamos hacia una reforma general del sistema tributario.

¿Esta revolución tributaria...

Nada más lejos de una revolución.

¿Esta gran reforma tributaria incluirá el IRPF?

Lo seguro es que en 2015 se eliminará el recargo. Aunque es muy probable que abordemos una reforma del conjunto del impuesto.

Ustedes tradicionalmente defendí­an rebajar los impuestos sobre el capital.

Defendemos favorecer el ahorro a largo plazo, algo que puede hacerse con desgravaciones. Otra cosa distinta es, como hicieron los socialistas, que los rendimientos de las ganancias de capital no tengan lí­mites temporales definidos y que una compraventa de acciones de un dí­a para otro tribute a tipos mí­nimos en el IRPF. Eso lo hemos cambiado. Todas las reformas que hicimos en 1999 y en 2003 mejoraron la equidad del IRPF. Bajamos los impuestos pausadamente y volveremos a hacerlo lo antes que podamos.

¿Hay margen para rebajar las cotizaciones que pagan las empresas?

Ahora no. Hay que tener en cuenta que la presión fiscal actualmente es más baja que cuando llegamos al Gobierno en 1996. Ahora se pagan menos impuestos proporcionalmente a nuestro PIB, lo que es compatible con que el esfuerzo fiscal de un contribuyente concreto sea mayor. Para reducir el esfuerzo fiscal debemos ensanchar las bases imponibles, a travíés del crecimiento económico y de la lucha contra el fraude fiscal.

¿Llegará la deuda pública a superar el 100% del PIB si se solicita más dinero del MEDE?

El proceso de saneamiento bancario en España no se ha producido en ningún otro lugar del mundo. Ahora no hace falta otra recapitalización bancaria. Recurrimos al MEDE la primavera pasada por la situación del mercado. El ministro de economí­a ya ha dicho con toda claridad que no hacen falta nuevos recursos.

¿Con IVA o sin IVA, señor ministro?
Todos los españoles han escuchado alguna vez al comprar un producto o solicitar un servicio el tradicional “con IVA o sin IVA”. Cristóbal Montoro no es una excepción. Y eso le ha ocurrido siendo ministro de Hacienda. “No me llegaron a decir con IVA o sin IVA. Cuando fui a pagar me avisaron de que si utilizaba la tarjeta de críédito debí­an incluirme el IVA”, explica. Quizás, el incauto que no reconoció al titular de Hacienda pudo ser el origen de la medida de limitar los pagos en efectivo superiores a 2.500 euros que el Gobierno incluyó en la nueva Ley contra el Fraude Fiscal.

“Reconozcamos lo que hay. Yo he sido ministro de Hacienda antes y esto no me pasaba”, indica Montoro, que insiste en que para salir de la crisis “hay que pagar impuestos”.

Y recuerda que las pensiones no contributivas se financian con impuestos, es decir, “pagando el IVA”. Tanto los asesores fiscales como los inspectores de Hacienda –tradicionalmente crí­ticos con los altos cargos del Ministerio– reconocen que la nueva Ley contra el Fraude Fiscal es la más dura aprobada hasta ahora.

“Está funcionando muy bien, ya verán cuando presentemos los resultados”, señala Montoro. Entre otras medidas, la normativa restringe la tributación por el sistema de módulos e incluye la obligación de declarar los bienes en el extranjero que superan los 50.000. Esta medida es la que más temor ha generado entre los despachos y los contribuyentes con elevados patrimonios ya que su incumplimiento deriva en la declaración de imprescriptibilidad de la renta defraudada y en fuertes sanciones.

El plazo para presentar la nueva declaración finalizó el pasado 30 de abril y el ministro de Hacienda asegura que las cifras obtenidas son abultadas y permitirán que los rendimientos aflorados tributen ahora en España. “Me ha tocado hacer un papel de duro. Pero te das cuenta que ha merecido la pena cuando ves las cifras”, concluye.
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