El tono continuista en las palabras de Mario Draghi no ha sentado nada bien a los mercados de renta variable y de renta fija. Las Bolsas de todo el Viejo Continente han pasado del verde al rojo durante la rueda de prensa que ofreció tras la reunión del consejo de Gobierno del BCE. Al mismo tiempo, las rentabilidades de todos los bonos europeos se dispararon. En el caso del bono español a 10 años, ha registrado su mayor escalada diaria desde hace nueve meses, hasta rozar el 4,7%, lo que llevó la prima de riesgo hasta los 316 puntos básicos, un nivel no registrado desde abril.
“Los estrategas de fondos internacionales esperaban alguna noticia del BCE que tuviera un sesgo favorable hacia España o Italia, lo que no se produjoâ€, explica Joaquín González-Llamazares, responsable del departamento de renta fija de DWS Investment. “Las palabras de Draghi transmiten la impresión de que va a dejar a los mercados financieros a su libre albedríoâ€.
La deuda soberana ha sido el termómetro que más pronto se ha visto afectado por el discurso de Draghi. La decisión del BCE de no tocar los tipos de interíés del nivel del 0,5% y la visión relativamente optimista de la institución sobre las perspectivas de recuperación económica para finales de año desataron los nervios entre los inversores, que comenzaron a vender.
Las palabras del presidente del BCE tambiíén repercutieron sobre el mercado de divisas, donde el se apreció frente al dólar y superó los 1,33 dólares, al reducirse las expectativas de una nueva bajada de tipos de interíés.
La rentabilidad del bono español a 10 años ha escalado hasta el 4,691% (nivel que no registraba desde hace dos meses). El italiano subió hasta cotizar en 4,364% (apuntándose una subida de 23 puntos básicos) e incluso las economías más fuertes de la Unión Europea, como Alemania o Finlandia, han registrado un repunte en la cotización de sus bonos en los mercados secundarios.
Subasta del Tesoro
En el caso español, durante la mañana la subasta del Tesoro había dejado traslucir algunas dudas, con repuntes en los tipos de interíés pagados para algunos vencimientos. España emitió 4.023 millones de euros en bonos y obligaciones con distintos plazos. En las colocaciones a dos y 10 años logró bajar el interíés respecto a subastas previas, mientras que a tres años tuvo que pagar más que la última subasta a este plazo (que se produjo hace dos semanas).
Las Bolsas europeas tambiíén reaccionaron de forma negativa a las palabras de Draghi. El Ibex 35, que a media sesión llegó a subir un 1,5%, se dio la vuelta justo al comenzar la rueda de prensa, hasta acabar cediendo un 0,89% y dejar el selectivo en 8.216,70 puntos. El resto de parquíés europeos tambiíén se tiñó de rojo a partir del mediodía. Londres cerró la jornada con una caída del 1,3%, Fráncfort cedió un 1,19% y París un 0,99%. La peor Bolsa europea fue la de Milán, con un recorte del 2,63%.
Los valores financieros fueron los que más han tirado a la baja de la renta variable. Los grandes bancos italianos –Unicredit e Intesa Sanpaolo– se han dejado más de un 4%, mientras que BBVA y CaixaBank fueron los que más valor restaron al Ibex, junto con Indra.
De acuerdo con fuentes financieras, son muchos los inversores que empiezan a plantearse hasta quíé punto la bajada que han vivido los bonos perifíéricos se debe exclusivamente a la acción del BCE, dadas las dificultades macroeconómicas que viven países como España o Italia.
“El presidente del BCE se limitó ayer a repetir el discurso que empleó el pasado mes de mayo, cuando sí decidió bajar los tipos de interíésâ€, explica Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG Markets. La preocupación principal que subyace del discurso de Draghi es que el críédito circule hacia las empresas de los países perifíéricos, sin embargo, los expertos advierten de la dificultad de lograrlo. “El BCE tiene que plantearse cómo puede conseguir perforar un túnel que pase por debajo de los Pirineos para que llegue la financiación al sector productivo españolâ€, explica el economista jefe del grupo AXA, Eric Chaney. “Este es el gran problema de la política del instituto emisor, que no llega a transmitirse de forma eficiente hacia la periferia europea, a diferencia de lo que ocurre con países como Francia o Alemaniaâ€.