Los acontecimientos se suceden conforme se acerca el día D –el 15 de junio- para Codere. La proximidad del vencimiento de varias obligaciones financieras ha precipitado sospechas por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la reformulación de las cuentas y el interíés de los fondos buitre por sacar tajada de la situación. Anchorage, que ha sometido a La Seda de Barcelona, se ha hecho con más de un 4% de la empresa de juegos.
El fondo de origen australiano, especializado en obtener grandes rentabilidades de empresas en problemas, ha adquirido 2,2 millones de acciones de Codere, representativas del 4,014%. Esta participación les coloca como los segundos mayores accionistas de la empresa de casinos, bingos y máquinas tragaperras, por detrás de la familia Martínez Sampedro, dueños del 67% del capital.
Fuentes financieras indican que la irrupción de Anchorage, que ha comprado ese paquete a travíés de una sociedad luxemburguesa, puede ser un problema adicional para Codere, ya que este tipo de fondos suelen tener posiciones muy agresivas a la hora de negociar cualquier acuerdo sobre la deuda. No descartan, además, que la firma aproveche la ocasión para tomar una participación mayor, ya sea a travíés de bolsa o comprando deuda, que le permita tener mayor influencia en las decisiones vitales que tiene que adoptar la compañía en apenas una semana.
Anchorage es conocido en España por su papel activo en la refinanciación de la deuda de La Seda de Barcelona, otra compañía que estaba sufriendo la agonía de la presión del pasivo. Tras muchos tiras y aflojas, el comitíé ejecutivo de La Seda tuvo que aceptar la propuesta de Anchorage de ampliar el capital en 117 millones de euros y dar entrada al fondo en el accionariado.
La oferta, cuyos detalles se están ultimando, necesita el apoyo de dos tercios de la banca acreedora para salir adelante. El acuerdo de refinanciación de deuda alcanzado con Anchorage pasa por una primera ampliación de capital de 100 millones de euros -el volumen de deuda de la empresa que ahora está en manos del fondo estadounidense-, y una segunda ampliación de 17 millones que sería suscrito por las entidades prestamistas de una nueva línea de financiación.
Liquidación y ladrillo
Anchorage tambiíén plantea una reorganización societaria que implicaría la separación operativa y financiera de los negocios de packaging y de plástico PET, así como la emisión de una nueva línea de financiación por valor de 30 millones de euros. En definitiva, una toma de control y una liquidación ordenada de la compañía de El Prat del Llobregat, por la que tambiíén se interesó la portuguesa BA Vidro, controlada por el expresidente de La Seda.
Además de esta operación, Anchorage se ha interesado por las oportunidades inmobiliarias que han surgido en España. A finales de 2012 adquirió, junto a Varde, otro fondo especializado en situaciones excepcionales, cinco edificios premium repartidos entre Madrid y Barcelona. La transacción alcanzó casi los 100 millones de euros y formó parte de la Operación Copíérnico, es decir, el proceso de liquidación de activos que el antiguo banco alemán Eurohypo (ahora denominado Hypothekenbank) había puesto en marcha con un lote de inmuebles propiedad de la inmobiliaria Monteverde.
Mientras Anchorage ha entrado en Codere, otros fondos han optado por reducir drásticamente sus posiciones. Así, Farallon Capital Offshore Investor ha pasado de tener casi un 2% de la empresa de juegos a apenas un 0,6% a finales de mayo. Por su parte, Noonday Asset Management, que hace un mes llegó a ser dueño del 4,94% del capital, ha rebajado su inversión a tan solo un 1,6%.