Ep / PARíS (15-08-2008)
“Nos enfrentamos a un fenómeno internacionalâ€, según explica Lagarde, tras las cifras económicas publicadas ayer por el Instituto Nacional galo de Estadística y de Estudios Económicos (Insee, por sus siglas en francíés) según las cuales la economía de Francia ha decrecido un 0,3 % en el segundo cuarto del presente ejercicio.
A su modo de ver, “la crisis de las 'subprime' de hace un año ha provocado una ralentización mundial que ha afectado a toda la zona euro, pero tambiíén a Japónâ€, añade Lagarde. En este contexto, “Francia no está aislada y ha sufrido como sus vecinos el vertiginoso aumento del precio de las materias primas y del valor euroâ€, recuerda la responsable de la cartera de Economía.
Mantiene las previsiones
Pese a las circunstancias económicas poco favorables, la ministra francesa de Economía, quien ha previsto que el PIB francíés crezca entre un 1,7 % y 2 % este año, no se plantea una revisión de esos porcentajes. “Me niego a revisar nuestras previsiones sobre la base de una sola publicaciónâ€, afirma haciendo alusión a los datos del Insee.
Según Lagarde, el Gobierno francíés aún tiene que realizar “un trabajo de análisis más global en las próximas semanasâ€. Una vez hecho ese análisis, el ejecutivo galo revisará las cifras sobre el crecimiento económico.
La ministra francesa constata que los factores que explican la ralentización económica en Francia y a nivel internacional “han comenzado a atenuarseâ€. “El precio del petróleo ha retrocedido un 30 por ciento, el euro ha vuelto un poco por encima de 1,50 dólares, lo que es todavía un nivel demasiado elevado pero un poco más soportable, el precio de las materias primas agrícolas ha comenzado a retroceder†de manera que “la inflación ha alcanzado probablemente su máximo en julio y debería comenzar a bajar de manera pronunciada a partir de este otoñoâ€, mantiene Lagarde.
Todas esas circunstancias permiten, “prever un verdadero rebote en el último trimestre†de 2008, al menos en Francia, porque a partir de ese momento las “reformas estructurales†emprendidas por el ejecutivo galo “comenzarán a producir sus efectosâ€, concluye Lagarde.