La nota con la que las agencias de rating califican a la deuda de Codere supone que hay una "alta probabilidad de impago", de más del 75%, y que todas las condiciones han de ser "favorables" para que pueda cumplir con sus compromisos financieros. Este entorno se ha complicado para la compañía, que el próximo 15 de junio afronta al mismo tiempo el vencimiento de una línea de críédito y el pago del cupón de uno de sus bonos sin recursos suficientes. Tanto los accionistas como los bonistas están sufriendo en el mercado esta desconfianza de impago con píérdidas de alrededor del 20% desde que a mediados de mayo saltaron las alarmas.
Sin embargo, desde el seno de la compañía el sentimiento es de tranquilidad. Se intenta transmitir que el proceso para encontrar una solución ya está encaminado y es cuestión de horas que se anuncie una vía para evitar cualquier colapso.
Si hay una alternativa con la que la familia Martínez Sampedro estaría encantada es con la llegada de un nuevo socio minoritario para el negocio americano. ¿Quiíén no quiere un Warren Buffett en su empresa? Se trataría de la entrada en el capital de algún proveedor estadounidense de maquinaria recreativa interesado. Esta opción, que ahora podría acelerarse, ya se planteó hace tiempo y había quedado aparcada al menos hasta 2015, cuando la compañía afronta un fuerte desembolso ante el vencimiento de uno de sus bonos. Tambiíén podría haber un cambio accionarial en Codere a travíés de la entrada de un fondo de capital riesgo, como hace un mes ocurrió en Uralita, pero fuentes cercanas a la empresa lo ven más complicado.
Estas soluciones acabarían con los problemas de financiación en los próximos años, que es lo que está buscando la compañía. Pero si no llegan, en estos días deben poner un remedio para apagar el fuego a corto plazo. Aquí podrían entrar en juego los bonistas. Ya hay conversaciones en las que no se descarta llegar a un acuerdo. Por un lado, Codere puede aplazar el pago del cupón que supone un desembolso de 31,4 millones y, por otro, acordar una reestructuración. ¿Por quíé no un bono convertible en acciones? De momento, sería más difícil de orquestar para la compañía.
Lo que está claro es que Codere ha perdido la oportunidad perfecta para refinanciar su deuda en el mercado como están haciendo otras cotizadas españolas. Habría sido relativamente sencillo colocar bonos a un interíés menor al 9,25% y al 8,25%, el cupón que paga ahora a sus bonistas. Estos títulos cotizan ahora con descuentos de casi el 40%, con lo que en el secundario están ofreciendo rentabilidades superiores incluso al 35% -ver gráfico-.
Las conversaciones tambiíén siguen con BBVA, Credit Suisse y Barclays, los bancos a los que este fin de semana debería devolver 29,5 millones. Aunque es una cantidad pequeña comparada con sus 1.200 millones de deuda y 400 millones de beneficio bruto, sólo dispone de 18 millones en tesorería.