Los planes de Ferrovial, Acciona y ACS para hacerse con la parte del león del tren de alta velocidad de California, la mayor infraestructura jamás proyectada en EEUU, han descarrilado prematuramente. Las tres constructoras, además de la catalana Comsa, aspiraban a adjudicarse el primer tramo de un megaproyecto que ronda los 70.000 millones de dólares (más de 50.000 millones de euros), pero finalmente ha sido la empresa estadounidense Tutor Perini Corp., con una oferta tíécnica muy inferior a sus competidoras, la que se ha llevado el gato al agua.
La decisión de la California High Speed Rail Authority (CHSRA) ha caído como un jarro de agua fría en las empresas españolas que pujaban por el contrato, un tramo de 46 kilómetros entre las localidades de Madera y Fresno presupuestado en 1.200 millones de euros. Un bocado menor en comparación con los 50.000 millones de euros y 1.300 kilómetros del corredor ferroviario que unirá Sacramento y San Diego, con paradas en San Francisco y Los íngeles, pero de gran valor simbólico porque hubiera permitido a las grandes constructoras de nuestro país dejar su tarjeta de visita para las futuras licitaciones.
Cerca de un millar de empresas habían mostrado su interíés por el AVE de California, pero finalmente sólo cinco consorcios pasaron el corte para optar al primer tramo del corredor ferroviario. Ferrovial y Acciona encabezaban uno de ellos bajo el paraguas California Backbone Builders; un segundo estaba liderado por ACS, que concurría al concurso con sus constructoras Dragados y Flatiron en alianza con la estadounidense Shimmick; y por último la catalana Comsa, que formaba tándem con las tambien estadounidenses Granite y Kiewit.
Ferrovial y Acciona obtuvieron la mayor puntuación en el apartado tíécnico, seguidas de ACS. Pero la oferta económica de las tres firmas españolas era menos competitiva que la de Tutor Perini, y íése ha sido el factor decisivo que ha inclinado la balanza en favor de la compañía estadounidense, que quedó en último lugar en cuanto a diseño del proyecto, seguridad e ingeniería. De ahí la profunda decepción de las constructoras de nuestro país, que según fuentes del sector consultadas por El Confidencial se están planteando seriamente renunciar a presentar ofertas para los futuros tramos a concurso.
Cambio de criterio
El malestar de Ferrovial, Acciona y ACS tiene mucho que ver, según las mismas fuentes, con la decisión de la CHSRA de sobrevalorar el factor económico muy por encima del tíécnico -un 70% frente a un 30%- y, sobre todo, con el inesperado cambio de criterio del gestor ferroviario del Estado de California, que inicialmente había planeado descalificar y dejar fuera del contrato a los dos consorcios que obtuvieran la peor nota en el apartado tíécnico. "Si no hay un reequilibrio entre precio y calidad en las próximas licitaciones, las empresas españolas se retirarán de la puja", añaden esas fuentes.
La adjudicación a Tutor Perini del primer tramo del corredor de alta velocidad ha causado sorpresa incluso en EEUU, donde algunos medios de comunicación han recordado estos días su largo historial de sobreprecios y litigios judiciales. Once grandes proyectos de ingeniería civil adjudicados en la última díécada a esa compañía en el área de la Bahía de San Francisco supusieron un coste extra de casi 800 millones de dólares (615 millones de euros) para las arcas públicas; o lo que es lo mismo: un sobrecoste del 40% sobre el presupuesto inicial.
El AVE de California es el proyecto pionero de alta velocidad ferroviaria en EEUU, despuíés de que los planes para construir un corredor similar en Florida quedaran congelados. El gigante norteamericano es un objetivo estratíégico en la internacionalización de las grandes constructoras españolas por el parón de la obra pública en nuestro país, y el AVE californiano habría supuesto abrir una nueva vía de negocio. Ferrovial, por ejemplo, ya tiene una fuerte implantación en EEUU en el sector de las autopistas de peaje, y Acciona en el energíético.