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Un cruce mutuo de críticas entre el ministro francíés de Reactivación Productiva, Arnaud Montebourg; y el presidente de la Comisión Europea (CE), Josíé Manuel Durao Barroso, tensó las relaciones de esa entidad con el gobierno galo.
La tirantez entre ambos funcionarios comenzó a subir de tono la víspera cuando Montebourg dijo que las políticas de recorte del gasto social y austeridad presupuestaria impulsadas por Barroso son "el combustible" del ultraderechista Frente Nacional.
Este lunes el jefe de la CE respondió a esas palabras y advirtió a "ciertos responsables políticos" sobre la intención de convertir a la Comisión en el chivo expiatorio de sus propias dificultades internas.
La situación creada por este intercambio de declaraciones será analizada durante una reunión del comisionado europeo de mercado interior, Michel Barnier, con el presidente francíés, Franí§ois Hollande, para examinar diversos temas de las relaciones entre París y Bruselas.
La CE y Francia vivieron momentos difíciles hace pocos días, cuando este país decidió proteger a toda costa su producción audiovisual y logró dejarla fuera de las negociaciones de un Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos.
En esa oportunidad Barroso llegó a acusar al gobierno galo de reaccionario, si bien más tarde debió pedir disculpas y aseguró que sus palabras fueron malinterpretadas.