Una vez que los inversores ya son conscientes de que la retirada de las políticas de estímulo por las que la Reserva Federal inyecta 85.000 millones de dólares mensualmente en la economía del país es más que probable, las buenas noticias macroeconómicas no tienen el efecto negativo que sí tenían hace unas semanas. Hasta la última comparecencia de Ben Bernanke, cualquier atisbo de recuperación económica se tomaba como una mala noticia por los inversores, que veían en íél una nueva razón para que la Fed recortara su programa de estímulos. Ahora que esto ya es casi un hecho, la reacción de los inversores es más 'lógica' y esa fue la razón por la que este martes repuntó el parquíé neoyorquino.
El mercado recibió con entusiasmo el repunte del 1,7% que en abril experimentó el precio de la vivienda en Estados Unidos, lo que en tíérminos interanuales supone un repunte del 12,6% y representa el mayor avance en 7 años. Además, la confianza del consumidor de EEUU subió hasta los 81,4 puntos en junio, cifras que no se veían desde enero de 2008.
Impulsado por estos datos, el Dow Jones se anotó un 0,69% y cerró la sesión en los 14.760 puntos, recuperando así los 14.700 puntos que perdió en la sesión del lunes. El S&P 500, por su parte, ganó un 0,95% y llegó a los 1.588 enteros, mientras que el Nasdaq repuntó un 0,82% y finalizó en los 3.347 puntos.
Esta tendencia compradora posibilitó que sólo tres valores del Dow Jones cerrasen en rojo: Microsoft (-0,04%), Merck&Co (-0,34%) y UnitedHealth (-1,38%). En la parte positiva destacaron los avances de Bank of America, que repuntó un 3,17%, Verizon, que avanzó un 2,8%, y JP Morgan (2,51%).
La actividad compradora de los inversores, sin embargo, no fue tal en el mercado de deuda y el bono estadounidense a 10 años, que recuperó un 2,28%, llevando su interíés hasta el 2,59%. El bono a 5 años, por su parte, subió un 2,3% y llegó hasta una rentabilidad del 1,47%.
En el mercado de divisas, el dólar se apreció un 0,2% frente al euro y cada divisa común europea se cambia por 1,30 dólares. Frente al yen, la moneda de EEUU se mantuvo plana y se cambia por 97,8 yenes. Por último, el oro continuó con su imparable descenso al perder un 0,45% y caer hasta los 1.276 dólares la onza