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Autor Tema: Las 9 leyes de los dioses (una guí­a natural para crear algo de la nada)  (Leído 751 veces)

Scientia

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Las 9 leyes de los dioses (una guí­a natural para crear algo de la nada)

En la dinámica de los procesos naturales yace el código de la creación, nota Kevin Kelly, una de las mentes imprescindibles para entender el tecnopaisaje de nuestros dí­as, que busca hackear la divinidad.

La naturaleza es la fuente del conocimiento humano; tanto el arte como la ciencia son fundamentalmente el resultado de la observación y la imitación de la naturaleza. Es posible que la religiosidad nazca tambiíén del azoro que produce observar la naturaleza, del misterio de su sistema operativo, del fuego y la tormenta, de la muerte y la transformación. La religiosidad es el instinto de conocer este misterio y de reconectarse con el principio generador. Y, a fin de cuentas, en un profundo entendimiento, llevar la contemplación a la creación: un mismo proceso de flujo dinámico: cuando observar la luz es igual a volverse el Sol.
“El hombre es fundamentalmente el deseo de ser dios”, escribió Jean Paul Sartre. Sed de dios, más allá de la aparente ceguera de la evolución, esta parece ser la consigna que mueve al hombre a transformar la materia para vivir más tiempo, para viajar más lejos, para conocerse mejor (en un acto reflejo con el universo). Aunque muere el individuo, la sabidurí­a ciega del gen parece seguir impulsando la carrera, a travíés de meme y del tecne, para alzarse –acaso como un organismo colectivo capaz de encumbrarse sobre el abismo de la disolución– sobre el aterrador espacio infinito y probar del írbol del Conocimiento.
Kevin Kelly considera que observando los procesos de la naturaleza atentamente podemos aprender a “crear algo de la nada”. Si bien la idea de crear algo de la nada rápidamente nos coloca en un predicamento lógico –puesto que todo lo que conocemos surgió a partir de algo preexistente– se puede apelar la idea de que la naturaleza tiene embebida la creación original, el primer instante del universo que se repite en sus procesos –hay algo del Big Bang en la eclosión de una flor y en el orgasmo que te engendró (un átomo es una microcreación de todo el universo). Kelly se atreve incluso a enumerar las Nueve Leyes de Dios, “que gobiernan la incubación de algo desde la nada”. Acontinuación traducimos y comentamos –amenizamos– estas leyes que sirven como un aperitivo para la llegada de la neobiologí­a. Son sobre todo atisbos de los patrones que rigen los sistemas emergentes de la biologí­a y la informática, que se autoorganizan y se comportan como un superorganismo, metáforas de la Mente Colmena Universal –que tambiíén pueden leerse como consejos de negocios para una nueva generación de CEOs que modelan sus empresas conforme a la armoní­a de la naturaleza.
 
El ser distribuido: El  espí­ritu de la colmena, el comportamiento de una economí­a, el pensamiento de una supercomputadora y la vida en mí­ están distribuidas en una multitud de unidades más pequeñas (las cuales tambiíén pueden ser a la vez distribuidas). Cuando la suma de las partes puede sumar más que las partes, entoncer ese ser extra (ese algo de la nada) está distribuido entre las partes. Siempre que encontramos algo de la nada, lo hallamos surgiendo de un campo de múltiples posibilidades más pequeñas interactuando entre sí­. Todos los misterios que más nos interesan –la vida, la inteligencia, la evolución –se encuentran en el abono de grandes sistemas distribuidos.
Aquí­ Kelly juega con la idea de que la conciencia es un sistema emergente que nace de la complejidad del cerebro, de las relaciones entre las neuronas. Igualmente la vida nace del caldo de cultivo de materia prebiótica que forma relaciones complejas con el entorno, con las molíéculas de la atmósfera, creando un biosistema  (o vivistema en sus palabras). La evolución que parece ser un rí­o acíéfalo de mutación indeterminada, puede contemplarse como la constelación de un único proceso vital que escala la pirámide de la materia hacia la compeljificación de la conciencia.
Control de abajo hacia arriba: Cuando todo está conectado con todo en una red distribuida, todo sucede al mismo tiempo. Cuando todo sucede al mismo tiempo, amplios y veloces problemas simplemente se mueven en la periferia de la autoridad central. Debido a esto, el gobierno debe de surgir de los actos más humildes e interdependientes realizados localmente en paralelo, y no de un comando central.  Una multitud puede cambiar su curso por sí­ misma, y en un territorio de cambio rápido, masivo y heterogíéneo, sólo una multitud puede cambiar de curso. Para obtener algo de nada, el control debe de descansar hasta bajo dentro de la simplicidad.
Dice Erik Davis en su libro “Techgnosis”: “Cuando todo se vincula con todo lo demás, la materia se convierte en mente”.
Cultiva incrementar el rendimiento
Cada vez que utilices una idea, un idioma o una habilidad la fortaleces, la refuerzas, y haces que sea más probable que la vuelvas a usar. A esto se le conoce como retroalimentación positiva o ‘bola de nieve’. El íéxito genera íéxito. En los evangelios, el principio de las dinámicas sociales se conoce como “Al que tiene, se le dará.” Cualquier cosa que altere su medio ambiente para incrementar su propia producción está jugando el juego de incrementar el rendimiento. Y todos los grandes sistemas sostenibles participan en el juego. La ley opera en la economí­a, biologí­a, ciencias de la computación, y la psicologí­a humana. La vida en la Tierra altera la Tierra para engendrar más vida. La confianza genera confianza. El orden genera más orden. Aquellos que tienen, obtienen.
La teorí­a de los campos mórficos de Sheldrake sostiene el imperio del hábito hasta un punto de transmisión transpersonal.  El sólo hecho de que alguien haya alcanzado un nivel en el baloncesto como Michael Jordan o Kurt Gí¶del en las matemáticas hace que cuando alguien toma un balón de basquet o se dispone a resolvera una fórmula, tenga una memoria remota que le hace más fácil su tarea, aunque esto sea casi incuantificable.
Crece por bloques
La única manera para crear un sistema complejo que funcione, es empezar con un sistema sencillo que funcione. Los intentos para instantáneamente instalar organizaciones muy complejas —como son las economí­as de inteligencia o de mercado— sin crecerlas, llevan inevitablemente al fracaso. Ensamblar una pradera toma tiempo —aunque tengas todas las piezas. Se necesita tiempo para que cada parte se pruebe con los demás. La complejidad es creada, al ensamblarla incrementalmente, a partir de módulos simples que pueden operar de manera independiente.
De nuevo, nada como imitar a las hórmigas o a las termitas.
Maximiza las periferias
En la heterogeneidad está la creación del mundo. Una entidad uniforme debe adaptarse al mundo a travíés de revoluciones ocasionales que destruyen la tierra, una de las cuales seguramente la matará. Una entidad heterogenia por el otro lado, puede adaptarse al mundo in miles de mini-revoluciones diarias, manteniíéndose en un estado permanente, más nunca fatal, de movimiento continuo. La diversidad favorece las fronteras remotas, los alrededores, las esquinas ocultas, movimientos de caos y grupos aislados. En los modelos económicos, ecológicos, evolucionarios e institucionales, una periferia sana acelera la adaptación, incrementa la resistencia, y es casi siempre, la fuente de innovaciones.
La naturaleza ama lo raro. La diversidad, el exotismo es la máxima estimulación. Lo otro, es lo sexy. En los márgenes está el mercurio de la transformación. Así­ el mundo, a travíés de la diversidad, se reta a sí­ mismo y se reinventa.
Honra tus errores
Un truco sólo funcionara por un tiempo limitado, hasta que todos los demás tambiíén lo hagan. Avanzar más allá de lo ordinario requiere un juego nuevo, o un territorio nuevo. Pero el proceso de salir del míétodo, juego o territorio convencional, es indistinguible del error. Hasta el acto más brillante del genio humano, en un análisis final, es un acto de ensayo y error. “El ser un Error y ser Expulsado es parte del Diseño de Dios,” escribió el poeta William Blake. El error, ya sea al azar o deliberado, debe convertirse en una parte integral de cualquier proceso de creación. La evolución puede ser considerada como un manejo sistemático del error.
“Si estás cometiendo errores, entonces estás haciendo cosas nuevas, probando, aprendiendo, viviendo, empujándote a ti mismo, transformándote y transformando tu mundo. Estás haciendo cosas que jamás habí­as hecho y, aún más importante, estás haciendo algo”, dice Neil Gaiman. 
Persigue no optima; ten metas múltiples
Las máquinas simples pueden ser eficientes, pero las máquinas complejas adaptativas no pueden serlo. Una estructura complicada tiene muchos maestros y ninguno puede ser atendido de manera exclusiva. En vez de esforzarse por optimizar cualquier función, un sistema grande puede sobrevivir al “satisfacer” (hacer de manera “aceptable”) una multitud de funciones. Por ejemplo, un sistema adaptativo debe negociar entre explotar un camino de íéxito conocido (optimizando la estrategia actual), o desviar recursos para explorar caminos nuevos (por lo tanto desperdiciando energí­a al probar míétodos menos eficientes). Tan vastas son las unidades entremezcladas en cualquier entidad compleja que es imposible descifrar las causas reales de su supervivencia. La supervivencia es una meta de puntos múltiples. La mayorí­a de los organismos vivientes tienen tantos puntos múltiples que son variaciones contundentes que funcionan por casualidad, en vez de por rendiciones precisas de proteí­nas, genes y órganos. En crear algo de la nada, olvida la elegancia; si funciona, es hermoso.
Busca un desequilibrio persistente
Ni la constancia ni el cambio incesante sostendrán la creación. Una buena creación, como el buen jazz, debe balancear la formula estable con notas desfasadas. El equilibrio es la muerte. Sin embargo, al menos que un sistema se estabilice hasta un punto de equilibrio, no es mejor que una explosión y morirá de la misma manera. Un Nada, entonces, es tanto equilibrio como desequilibrio. Un Algo, es un desequilibrio persistente —un estado continuo de surfear eternamente en el borde entre nunca detenerse y a la vez nunca caerse. Trabajar hacia el umbral lí­quido es el misterioso santo grial estático de la creación y la travesí­a de todos los dioses amateurs.
Surfea el caos. Arrójate al abismo y descubre que es una cama de plumas…La cascada del Tao, la cascada de La Isla. Nunca te detengas –la salud es movimiento. Siembra crisis para sacudir la mente anquilosada. La verdadera creación ocurre al lí­mite. Fuera de control.
El cambio se cambia a sí­ mismo
El cambio puede ser estructurado. Esto es lo que los grandes sistemas hacen: coordinan el cambio. Cuando sistemas extremadamente grandes son construidos a partir de sistemas complicados, entonces cada sistema comienza a influenciar y finalmente a cambiar las organizaciones de los otros sistemas. Es decir, si las reglas del juego están compuestas de abajo hacia arriba, entonces, es probable que las fuerzas que interactúan en los niveles de abajo alteraran las reglas del juego mientras que este progrese. La evolución —en su uso cotidiano— se refiere a como una entidad es cambiada con el paso del tiempo. La evolución más profunda —como se puede definir formalmente— se refiere a como las reglas de entidades que cambian con el tiempo, cambian con el tiempo. Para sacar el máximo provecho de la nada, se necesitan reglas que se cambien a sí­ mismas.
El tablero, el juego mismo, está vivo. No sólo evolucionan los jugadores, las reglas están mutando.
 Edición: Luz Arcoiris
Twitter del autor: @alepholo
Out of Control está disponible en el sitio de Kevin Kelly
Traducción: Adriana Morales
http://pijamasurf.com/2013/06/las-9-leyes-de-los-dioses-una-guia-natural-para-crear-algo-de-la-nada/