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Autor Tema: Ludditas…  (Leído 130 veces)

OCIN

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Ludditas…
« en: Julio 10, 2013, 07:48:35 pm »
Por… Macario Schettino


Un problema con los datos de la economí­a y la sociedad es que pueden ser analizados bajo diferentes esquemas de pensamiento, dando lugar a conclusiones totalmente contrarias.
Y como no se puede decidir por completo cuál esquema es el correcto, las discusiones se alargan. Hace unos dí­as, Paul Krugman escribió un artí­culo que tituló “Simpatí­a por los Ludditas” (en inglíés). Los Ludditas, por si no recuerda, fueron un grupo de obreros que a inicios del siglo 21 decidieron que las máquinas eran una amenaza para ellos e intentaron destruirlas. Se trató de una de tantas rebeliones ocurridas en aquellos años.

Krugman afirma que, si bien la tecnologí­a acabó siendo beníéfica, no es claro que eso haya beneficiado a esos obreros en particular. Es cierto, como lo es que cualquier cambio tecnológico beneficia a quienes pueden aprovecharlo, y no beneficia a los que no. Usted pensará que esto es una perogrullada, pero eso es lo que Krugman está afirmando. Si hay un avance tecnológico que permite producir mejor cualquier cosa, los más jóvenes dentro de las empresas van a poder aprovechar ese avance, mientras que los más viejos no podrán, porque altera demasiado lo que saben hacer, y porque es mucho más difí­cil cambiar que aprender. Pues sí­, pero si eso va a ser determinante para aprobar o no un avance tecnológico, hay que olvidarse de la tecnologí­a.

La referencia de Krugman es porque íél cree que algo similar a lo de los Ludditas ocurre hoy. Hace íénfasis en que el movimiento aquíél no era de obreros cualesquiera, sino de obreros calificados, que eran los desplazados por la tecnologí­a. Y hoy, dice, ocurre lo mismo, el cambio tecnológico amenaza no sólo a los obreros poco calificados, sino a cualquiera. Y regresa a su tema de siempre, la desigualdad, que ha crecido en los últimos cuarenta años. í‰l atribuye este incremento de desigualdad a la avaricia de los ricos y a la debilidad de los más pobres, así­ como a un Estado que favorece a los primeros. Pero de eso no tiene evidencia alguna. Si bien la desigualdad ha crecido en EE.UU. desde fines de los setenta, la mayor parte del cambio ocurre precisamente porque las personas con más calificación han incrementado su ingreso, mientras que aquellos que no terminaron la carrera, o ni siquiera terminaron la secundaria, ganan cada vez menos. Y como en EE.UU. apenas una cuarta parte de las personas termina la universidad, pues el asunto es grave. Pero eso no tiene que ver con las razones de Krugman. Si quiere ver más datos, el libro de Goldin y Katz, The Race between Education and Technology, es muy ilustrativo.
Krugman agrega que desde 2000 hay una caí­da en la participación del trabajo en el PIB, y un incremento en la parte que corresponde a las empresas. No lo dudo, puesto que en 2000 inició la migración a China, justo con ese objetivo. Pero eso precisamente ayudó a China a reducir significativamente la pobreza. Entonces, Krugman defiende a sus trabajadores Ludditas del siglo 21 pidiendo que no se generen empleos en China.

Lo que creo que está ocurriendo es que estamos viviendo un proceso de transformación tecnológica mucho más profundo de lo que interpretan la mayorí­a de los analistas. De ser así­ estarí­amos frente a lo que se llama la hipótesis de las tecnologí­as de aplicación general, que cuando aparecen generan cambios en todo el sistema, provocando al inicio un incremento en la desigualdad y una caí­da en la productividad. Todo indica que así­ es, pero es una hipótesis que no gusta a Krugman (o a lo mejor no la conoce), y sobre todo, no le gusta a los lectores de Krugman, acostumbrados a culpar al gran capital, a Wall Street, y similares.
Indudablemente esos personajes (el gran capital y etc.) deben ser bastante codiciosos y desalmados, porque de otra forma no habrí­an acumulado mucho. Los altos ingresos, como el poder, suelen requerir de esos pecados capitales. Pero eso ha ocurrido desde que la humanidad existe, y ocurrirá mientras exista, de forma que no creo que sirva de explicación.
De cuando los Ludditas empezaron a destruir máquinas a la fecha, el ingreso de las personas en el mundo ha crecido en cien veces. En los lugares más remotos, que no tienen acceso siquiera a la tecnologí­a que los Ludditas destruí­an, ese incremento ha sido mucho menor, de dos, tres o cinco veces. En buena medida, porque el resto del mundo les manda ayuda. No entiendo cómo destruir tecnologí­a puede ser bueno.

El empleo es una relación de producción que apareció precisamente con el cambio tecnológico que estamos comentando. Antes de fines del siglo 18 no existí­a el empleo, y nada garantiza que vaya a existir para mediados de este siglo. Antes del siglo 18, lo que habí­a eran otras formas de relación económica. A fines de este siglo, habrá algunas nuevas. Parte de ellas ya existe, y hoy muchas personas viven y generan valor sin tener esa relación de empleo que para Krugman es determinante. Lo entiendo, sin trabajadores no hay izquierda, y sin izquierda, ¿quiíén leerí­a a Krugman?

Una vez más, insisto en que lo que estamos viendo es un cambio muy profundo en el mundo, que no sólo va a modificar la economí­a, eliminando al empleo como la relación productiva más importante. Va a transformar la polí­tica, porque los temas del empleo le van a importar cada vez menos a cada vez menos personas. Nuestros problemas, para los próximos años, van a ser otros: ¿Quíé hacemos con el tiempo libre? ¿Cómo enfrentamos la enfermedad de los costos en educación y salud? ¿Cuál es la mejor manera de garantizar una vida digna a todas las personas, sin hacerlo a travíés del empleo?
í‰sas son las preguntas del futuro. Krugman tiene las respuestas del pasado. Pero cada quien puede leer lo que guste.

Suerte en sus vidas…


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...