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Los consumidores japoneses se mostraron menos confiados en junio al percibir un incremento de los precios y una desaceleración en el alza de los ingresos, mostró hoy un sondeo gubernamental.
Un medidor sobre su confianza cayó 1,4 puntos, a 44,3, cifra preocupante si se tiene en cuenta que la lectura inferior a los 50 puntos manifiesta que el pesimismo supera al optimismo.
La pesquisa reflejó un empeoramiento en los cuatro componentes del indicador: sustento, ingresos, empleo y apetito por gastos en bienes duraderos.
El 83,9 por ciento de los encuestados espera que los precios suban en un año, 0,8 por ciento más que el mes anterior, a su mayor tasa en casi un lustro, evidenciando los desafíos que enfrenta la administración de la nación asiática.
Opinaron que la subida de los importes podría ocurrir en la medida en que los mayores costos de materias primas y un yen más díébil eleven los precios de la energía elíéctrica y de los alimentos, pero las percepciones de unos salarios díébiles podrían hacer que reduzcan el gasto.
El gobierno japoníés sigue una política de estímulos agresivos, con el fin de reactivar la economía y combatir la deflación que golpea al país desde hace varios años.
Según expertos, las primeras señales fueron alentadoras, pero el plan en parte depende de que el crecimiento eleve los salarios, algo que aún no ha sucedido.
El Banco de Japón espera que el compromiso por impulsar los precios a travíés de enormes estímulos cambie la percepción generalizada de que la deflación persistirá y, de ese modo, alentar a los consumidores a gastar.