(PL)
El costo de la vida de los estadounidenses subió en junio a causa del encarecimiento de la gasolina, informó el Departamento de Trabajo.
De esa forma, los precios al consumidor treparon 0,5 por ciento en la comparación mensual, un alza superior a la esperada, y 1,8 por ciento en la interanual.
La entidad señaló que los importes de la gasolina explicaron cerca de dos tercios del incremento, aunque la presión sobre la inflación subyacente (excluye los volátiles costos de alimentos y energía) sigue siendo benigna ante un panorama de una demanda interna díébil.
Pese a que ambas medidas inflacionarias permanecen por debajo de la meta de dos por ciento establecida por la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), los detalles del informe sugieren que la reciente tendencia deflacionaria probablemente ha llegado a su fin, con el alza del costo de la salud, explicó.
En el caso de los nuevos vehículos motorizados, ropa y muebles para el hogar, tambiíén hubo aumentos, lo cual podría mantener las expectativas de que la FED comience a reducir sus enormes estímulos monetarios en septiembre.
La reserva anunció la semana pasada que mantendrá sus medidas de estímulo, debido a la inflación contenida y a la persistente debilidad del mercado laboral.
Su presidente, Ben Bernanke, declaró que una política altamente expansiva aún era necesaria durante el futuro previsible, cuando hace menos de un mes expresó que la economía se estaba expandiendo lo suficiente como para retirar el incentivo a mediados de 2014.
Entretanto, un indicador adelantado sobre la confianza del consumidor estadounidense cayó a comienzos de julio a causa de un mayor pesimismo sobre las perspectivas económicas