El Economista
Investigadores del Grupo de Materiales Compuestos del INCAR-CSIC han patentado una tecnología que permite obtener grafeno a partir de coque, un producto derivado del carbón y el petróleo. El procedimiento, que evita la fase de grafitización, permitiría reducir los costes de fabricación de un material que está revolucionando la tecnología actual, según han explicado los expertos.
La responsable de este trabajo, Rosa Meníéndez, ha explicado que "el míétodo químico de producción de grafeno, a día de hoy, es el más adaptable a su explotación industrial, porque permite sintetizarlo con más facilidad y en mayores cantidades, pero, para producirlo de esta forma, hasta ahora era necesario partir de grafito".
Por ello, el abaratamiento de los costes que implica esta tecnología, reciíén inscrita en el registro español de patentes, se debe a la eliminación de los costes asociados a adquirir o producir grafito, un proceso que conlleva un considerable gasto energíético al requerir altas temperaturas.
A partir del coque
En su lugar, los investigadores obtienen óxidos de grafeno y grafeno directamente a partir del coque, un derivado del carbón o el petróleo cuya síntesis requiere menos temperatura y está disponible a menores precios que el grafito. "Mientras que para obtener grafito es necesario alcanzar temperaturas de 2500 a 2800 ºC, el coque que utilizamos sólo requiere temperaturas en torno a 1000 ºC", ha indicado Meníéndez.
El primer paso del míétodo desarrollado por los investigadores del INCAR-CSIC consiste en someter el coque a un tratamiento oxidativo que permite obtener óxido de grafito. Una vez hecho esto, "se somete el óxido de grafito a un procedimiento de exfoliación con el que conseguimos láminas aisladas de óxido de grafeno", ha explicado la investigadora.
Y por último, "se somete el óxido a un proceso de reducción tíérmica para eliminar los átomos de oxígeno que colgaban de la estructura y obtener así grafeno". Tal y como han señalado los investigadores, las formas de grafeno que han obtenido utilizando esta tecnología presentan características estándar y similares a las obtenidas a partir de grafito, y tienen las mismas aplicaciones que el grafeno convencional.
Por eso "del grafeno podemos decir que se aprovecha todo, porque los óxidos que se obtienen como producto intermedio ya son un material de gran interíés en sí mismos, con grandes posibilidades de utilización en química fína, catálisis y biomedicina", ha concluído Meníéndez.