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El vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, dijo que ignora cómo el gobierno podrá auxiliar a Detroit, la ciudad más grande de Michigan, que se declaró en bancarrota el jueves ante una corte federal.
Al evaluar la situación sobre la llamada ciudad motor en un encuentro con periodistas, Biden respondió a la pregunta de si se puede ayudar a Detroit, "nosotros no sabemos". Las autoridades de esa urbe confirmaron ayer la noticia de la quiebra y queda ahora en manos de la Justicia fallar a favor o en contra de la solicitud de suspensión de pagos de la abultada deuda local.
Tras el anuncio, la Casa Blanca expresó que seguía de cerca lo que acontece allí y expresó el compromiso del gobierno de Barack Obama de continuar la fuerte asociación con Detroit "mientras intenta recuperarse y revitalizar su estatus como una de las grandes ciudades de Estados Unidos", señaló Amy Brundage, una portavoz.
Otrora cuna de la industria automotriz estoadunidense, Detroit carga un díébito que ronda los 18 mil 500 millones de dólares, en su actual escenario concreta la mayor quiebra municipal en la historia del país.
Según el gobernador de Michigan (medio oeste), el republicano Rick Snyder, la quiebra de la ciudad puede ser la ocasión para acabar con cerca de sesenta años de decadencia.
Una ciudad de un millón 800 mil habitantes en 1950, es ahora el hogar de solo 700 mil personas, así como de decenas de miles de edificios abandonados, lotes baldíos y calles sin luz, reseñó en un reportaje el diario The New York Times.