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Autor Tema: EE.UU,Mexico: La muralla de Tijuana...  (Leído 213 veces)

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EE.UU,Mexico: La muralla de Tijuana...
« en: Julio 20, 2013, 11:24:01 am »
Por...  Marco A. Gandásegui, h. 

 

La muralla que separa a los pueblos de Míéxico y EEUU es un indicio de la esquizofrenia que se ha apoderado de la expansión capitalista y la severa crisis de acumulación de riqueza que afecta al paí­s del norte. Nunca antes en la historia humana se construyó una muralla tan larga y costosa para no detener el flujo de trabajadores. La muralla china se levantó hace tres milenios para frenar las invasiones militares de los “bárbaros”. La muralla de Berlí­n se construyó para controlar el ‘dumping’ económico. La muralla que los israelí­es extienden por los territorios ocupados de Palestina es para destruir la resistencia del pueblo árabe.

La doble muralla que EEUU construye desde el Pací­fico al Caribe – 3 mil kilómetros- es para demostrarle a su vecino del sur su enorme poderí­o. Sin embargo, es penetrada diariamente por miles de trabajadores que son acogidos por empresarios hambrientos de mano de obra barata. Es un juego doble que todos aceptan a pesar de las muchas victimas que genera todos los dí­as. Niños, mujeres y hombres, viejos y jóvenes, se arriesgan para hacer la travesí­a. El objetivo es conseguir un empleo que les permita retornar con ahorros a sus pueblos de origen.
Es la naturaleza del sistema. La relación económica entre Míéxico y EEUU (igual Centroamíérica) desintegra comunidades agrarias y familias campesinas a un paso desenfrenado. Los jóvenes de las áreas rurales tienen tres opciones: buscar empleo en las ciudades, buscar tierra en áreas más pobres o migrar al ‘norte’. Las ciudades, sin embargo, están saturadas de jóvenes explotados por una red perversa que controla el crimen organizado. Por otro lado, la ‘frontera agrí­cola’ se agotó. Queda la última opción: migrar al ‘norte’ donde aún hay una fuerte demanda para cosechadores, empacadores y trabajadores precarios, en general.

El viaje tiene muchos obstáculos que se inician al emprender el camino, donde abundan los asaltantes y ‘coimeros’ tanto oficiales como particulares. Continúa con el cruce de la muralla que tiene un alto costo económico y el peligro de ser arrestado o cazado como animal. La parte más difí­cil es conseguir el anhelado empleo que, en sí­, es un infierno como consecuencia de los abusos. La pregunta que se hacen los observadores es porque este juego no termina y se elimina la muralla, para que las “leyes de la demanda y la oferta” de mano de obra se apliquen en el caso de los trabajadores mexicanos y los empresarios norteamericanos. Muchos sospechan que la respuesta puede radicar en dos posibilidades que se combinan. En primer lugar, no existen las llamadas leyes que rigen la demanda y la oferta en los mercados controlados por los monopolios. Una segunda explicación puede ser que la polí­tica interna de EEUU necesita este conflicto permanente en la frontera con Míéxico para legitimar la violencia de Estado.

Hasta aquí­ algo de historia y mucha teorí­a. Hace pocas semanas, visitíé la muralla mientras participaba en una conferencia en Tijuana, ciudad legendaria en el folklore norteamericano y conocida en Amíérica Latina gracias a la industria fí­lmica (y recientemente al íéxito del equipo local de fútbol profesional). Me acerquíé a la muralla con bastante prudencia, para percatarme que en realidad eran dos. La primera es de hierro de 2 metros y medio de altura (construida en 1994). La otra de alambrado de 3 metros de altura con censores de calor, cámaras y casetas. Además, con patrullas y helicópteros observando los movimientos de las personas. Su construcción se inició hace pocos años y todaví­a hay sectores en que se sigue avanzando.

Salir de Míéxico y entrar en EEUU es tedioso y difí­cil para el mexicano común y corriente, aunque tenga sus papeles en orden. Todos van a trabajar a las fábricas cercanas, pueden ser empleados domíésticos o trabajadores manuales en las haciendas del otro lado de la frontera. En cambio, para el norteamericano, cruzar la frontera es una especie de paseo a la ‘tierra prohibida’. Entran a Míéxico sin documentos, como turistas y hacen lo que no puede hacer en su propio paí­s: los adolescentes se emborrachan, las mujeres buscan prostitutos y todos compran drogas.

La experiencia en Tijuana me recordó la cerca que separaba a la ciudad de Panamá (y tambiíén a Colón) de la Zona del Canal. La ignominiosa barrera desapareció en octubre de 1979, despuíés de los Tratados del Canal Torrijos-Carter. Fue construida tambiíén como producto de la soberbia de EEUU. A los norteamericanos les molestaba ver a los niños panameños recoger mangos de sus prados bien cortados. Tampoco les gustaba ver a los panameños caminado por sus comunidades. Lo que más les causaba molestia era ver las caras de los jóvenes estudiantes que protestaban contra su presencia indeseada. No entendí­an porquíé los estudiantes llevaban carteles que decí­an en perfecto ingles: ‘Yankee go home’

La muralla de Tijuana tambiíén desaparecerá, al igual que cayó la de Berlí­n y se vendrá abajo la israelí­. No serán los gobiernos de EEUU o Míéxico que darán la orden. Sólo podrá acabar con la muralla el pueblo mexicano. Será mucho más temprano que tarde si se suma a ese movimiento liberador el pueblo norteamericano.

Suerte en sus vidas...


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...