Por... Jorge V. Jaime
La quiebra de Detroit, que provocará el retiro de beneficios sociales de 30 mil trabajadores, induce hoy preocupación en otras ciudades estadounidenses donde los sistemas de pensiones tambiíén cayeron en la mira de reformistas.
Chicago, Philadelphia, New York, Phoenix y Jacksonville están entre las urbes norteamericanas que solo disponen de un 60 por ciento del capital necesario para cumplir con sus obligaciones de pagos frente a empleados jubilados o en activo.
Según una investigación de la agencia Bloomberg, al menos 29 planes públicos en 16 estados de la Unión poseen menos de dos tercios de los fondos imprescindibles para honrar sus programas de pensiones.
La última semana Detroit hizo oficial la mayor bancarrota municipal en la historia de Estados Unidos, despuíés que reconoció la incapacidad de solventar una deuda ascendente a 18 mil millones de dólares.
El anuncio confirmado por el gobernador republicano Rick Zinder generó además un litigio en cortes federales donde gremios sindicales recordaron que las autoridades no pueden recortar dinero de prestaciones protegidas por la ley de Michigan.
Reducir los beneficios a estas personas será una decisión deprimente, tenemos a individuos de 75 años que dependen de esos sueldos para mantener a sus familias, comentó Cornell I. Haynes, del Consejo Sindical de Retirados Civiles.
Acorde con el administrador financiero de emergencias Kevyn Orr, la norteña ciudad debe a sus acreedores para fondos de retiro unos 3,5 mil millones de dólares, y el díéficit específico en el acápite de pensiones es de casi 700 millones.
Maniobrando al borde del colapso monetario desde 2010, la mayor urbe de Michigan ha perdido un cuarto de su población a partir del año 2000. Orr fue designado además negociador especial ante Washington y el sector privado.
El experto recordó que la municipalidad está en la mira de influyentes consultorías de críédito, como Fitch Ratings, la cual ya recortó el grado de confiabilidad de la jurisdicción hasta la letra D.
En 1950, Michigan era uno de los ocho estados norteamericanos que en conjunto producían un 36 por ciento del Producto Interno Mundial, y Detroit por esa fecha era la mayor metrópolis manufacturera en este planeta.
Los mayores problemas de la llamada Ciudad Motor comenzaron a raíz de la crisis financiera de 2008, que indirectamente golpeó a los consorcios General Motors y Chrysler, antes de sacudir las arcas departamentales.