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La reforma al mercado de capitales en Argentina entra hoy en vigor, para evitar -defendió la presidenta Cristina Fernández, la autoregularización bursátil que desató la quiebra inmobiliaria en Estados Unidos y esta, la crisis financiera global.
El texto de la legislación sale este jueves a la luz pública en el Boletín Oficial, pero anoche la dignataria la abordó al celebrar el aniversario 159 de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
La nueva legislación sustituye la vieja ley de la dictadura de Juan Carlos Onganía, de 1968, remarcó la mandataria, quien dijo que "desde ahora a la Comisión Nacional de Valores se le otorgan facultades, atribuciones y deberes para regular tambiíén el mercado de capitales", señaló la jefa de Estado.
"Todos somos buenos, pero cuando nos controlan y vigilan solemos ser bastante mejores", acotó Fernández quien reiteró que la economía argentina creció 4,9 por ciento en junio y vaticinó que el Producto Interno Bruto puede cerrar el año con un crecimiento del 3,5 por ciento.
La norma apunta -agregó- a "que las Bolsas no sean cotos cerrados sino lugares abiertos" a todos los que deseen invertir y señaló que "a partir de ahora no será necesario ser socio" para poder operar.
A travíés de esta ley -dijo la jefa de Estado- se busca acercar la inversión minorista de todo el país a un mercado único, en el que las distintas plazas estarán interconectadas, y donde podrá operar cualquier agente, sin la exclusividad con la que cuentan en la actualidad un contado número de operadores.
La operatoria bursátil tiene que ser un instrumento que le sirva a la economía para crecer, pero al mismo tiempo es necesario garantizar -expresó- que se redistribuya para que sea sustentable el crecimiento.
Cristina Fernández dijo que la nueva regulación es necesaria ante "un mundo que ya cambió definitivamente y que exige dotar al mercado de capitales de nuevos instrumentos que lo tornen más ágil, más profundo, más eficiente, más transparente y más seguro".
Rememoró cómo terminaron los mercados en el 2008 con el tema de la autorregulación, en alusión a la crisis de las hipotecas que terminó por desbancar el sistema financiero norteamericano, lo cual desató la crisis global.
En sus palabras, la presidenta comparó que en Argentina el monto de cotización de las compañías en el mercado bursátil solo representa el 7 por ciento del Producto Interno Bruto, mientras que en Inglaterra alcanza al 184 por ciento, en Chile el 140, y en Brasil el 40 por ciento.
Sin embargo, señaló que la profundidad del mercado no significa un mayor desarrollo social, ya que en algunas de esas naciones se da una gran disparidad en los indicadores socioeconómicos, remarcó.
La ley, aprobada en 2012, otorga además mayor control al funcionamiento bursátil de la Comisión Nacional de Valores (CNV), un organismo estatal autónomo.
Ese órgano podrá ahora solicitar informes y documentos, realizar investigaciones e inspecciones en las personas físicas y/o jurídicas sometidas a su fiscalización, citar a declarar, tomar declaración informativa y testimonial, en virtud de la letra de la nueva ley.
Partidos de la oposición, como la Unión Cívica Radical, cuestionan la norma porque consideran que atenta contra la seguridad jurídica porque permite la intervención de empresas por 180 días.