Las constructoras pagan sus facturas a 277 días
La nueva Ley de Morosidad no funciona todo lo bien que debiera, al menos en el sector de la construcción, que arrastra impagos por valor de 48.000 millones con su cadena de proveedores. Un volumen insostenible que ha propiciado la desaparición de 88.420 puestos de trabajo. Además de no pagar, cuando lo hacen es muy tarde, porque el plazo medio se ha disparado hasta los 277 días frente a los 30 previstos por la ley.