Por... EFREN RODRIGO HERRERA
El descontento y la desconfianza que los brasileños expresaron en las calles está pasando a los indicadores económicos, que revelan un creciente malestar tanto de consumidores como de empresarios.
Las principales preocupaciones apuntan a lo que pueda pasarle al real y al nivel de precios.
La inflación no baja cabeza y se ubica en 6,27%, muy cerca de 6,50%, techo del corredor fijado por la autoridad monetaria como límite antes de tomar medidas drásticas como el aumento de la tasa de interíés o el control a los críéditos de consumo.
La moneda sigue perdiendo terreno frente al dólar estadounidense, a pesar de los esfuerzos del Banco Central de Brasil (BCB) que trata de atajar la salida de la divisa atraída por la expectativa mundial del cambio en la política monetaria expansiva de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED, por las siglas en inglíés).
El dólar alcanzó tasas que no se veían desde marzo de 2009, en plena crisis financiera mundial. El lunes la divisa cerró en 2,41 reales por dólar estadounidense, a pesar de la intervención del Banco Central.
La devaluación nominal anual supera el 18%, mientras que en lo corrido del año el retroceso del real frente a la divisa estadounidense es del 18,14%. Tan solo en lo que va de agosto el real se ha depreciado 6,17%, con base en datos del BCB.
Aunque la actuación del BCB, vendiendo en el mercado de futuros más de 3.000 millones de dólares durante las últimas semanas, ha servido para atenuar un poco el aumento en la tasa de cambio y cuenta con más de 37.000 millones de dólares en reservas líquidas para conjurar posibles ataques especulativos contra la divisa, el consumidor no es tan optimista.
El asunto es que durante el último año la confianza del consumidor viene en picada. Y el BCB espera que esta semana, cuando se revelen los resultados de la encuesta más reciente de la Fundación Getulio Vargas, del Instituto Brasileño de Economía (IBRE), las perspectivas no serán más alentadoras.
El índice de Confianza del Consumidor (ICC), del IBRE, cayó en julio hasta 108,3 puntos, "el menor nivel desde mayo de 2009", cuando alcanzó 103,6 puntos, según la entidad. La caída mensual de julio fue del 4,1%.
Así las cosas, el retroceso es de por lo menos cinco años.
En economía las expectativas del consumidor juegan un papel importante porque las decisiones futuras de los agentes económicos, como planes de inversión y presupuestos de producción y empleo, se basan en lo que el consumidor espera hacia adelante.
Y como si fuera poco, la Confederación Nacional de Bienes, Servicios y Turismo (CNC) reveló hoy que la Intención de Consumo de las Familias (ICF) cayó en agosto 9% frente agosto de 2012. El índice, que cayó 1,3% frente a julio, es históricamente "el menor desde que se inició la serie en enero de 2010", dijo la CNC en su informe divulgado por la asesoría de comunicaciones de la entidad.
El menor optimismo en cuanto al nivel del empleo y del ingreso de las familias, así como su nivel de endeudamiento y lo que pueda pasar con el costo de los críéditos son los factores que inciden en el desdíén del consumidor por adquirir bienes.
Todos los índices que integran el ICF cayeron, manteniendo la tendencia observada durante lo corrido del año. El índice que mide si el consumidor piensa que es momento para comprar bienes de consumo duradero (como electrodomíésticos, utensilios del hogar y vehículos, entre otros) cayó 15,2% anual y 4,5% frente a julio de 2013.
Y si la perspectiva vista desde adentro no es buena, desde el exterior no es mejor. El nivel de riesgo país de Brasil, medido por el índice Embi (Emerging Markets Bonds Index) que calcula la firma de inversión JP Morgan, subió esta semana a 240 puntos básicos, con aumento de 98 puntos frente al nivel observado en enero de 2013.
En otras palabras, en enero Brasil podía contratar críéditos en el exterior 98 puntos básicos más baratos que en la actualidad.
No se descartan acciones del BCB en materia cambiaria y monetaria durante la reunión mensual del Comitíé de Política Monetaria (Copom), el martes y miíércoles de la próxima semana. Desde hace varios días se especula entre analistas económicos y acadíémicos que habría movimiento en la tasa de referencia (Selic) para aliviar la presión sobre el nivel de precios de la economía.
Además, para los próximos días se espera una reunión entre la presidenta Dilma Rousseff, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, y el presidente del BCB, Antonio Tobim, con el objeto de dar tranquilizar a observadores internacionales acerca de los indicadores fundamentales de la economía.
Pero las expectativas de tiempos difíciles siguen a la vista, toda vez que hay anuncios de nuevas marchas de protesta en las calles de las principales ciudades durante la conmemoración del Día de Independencia de Brasil, el 7 de septiembre.
Según el IBRE, el 35% de las empresas resultaron afectadas tras las protestas de junio pasado, que tuvieron lugar en más de 20 ciudades brasileñas.