Iberdrola, a travíés de su filial ScottishPower, y junto a National Grid, el operador del sistema elíéctrico británico, ha iniciado la construcción de la primera conexión submarina elíéctrica que se va a desarrollar entre Escocia e Inglaterra. Se trata de una línea de 420 kilómetros y que implicará una inversión de 1.000 millones de libras (unos 1.168 millones de euros).
Este proyecto denominado Western HVDC, que previsiblemente estará listo en 2016, aumentará la capacidad de transporte de la electricidad entre ambas ciudades en más de 2.000 megavatios bidireccionales, lo que según la española, permitirá que la energía fluya de norte a sur en función de la futura oferta y demanda, así como evacuar la energía producida por los nuevos proyectos renovables que se están promoviendo en Escocia.
De hecho, el cable, que se convertirá en el más largo del mundo de sus características y en la red británica de alta capacidad más extensa, va a propiciar la conexión de hasta 6.000 nuevos megavatios de energías renovables al sistema elíéctrico británico.
Gracias a esta ampliación se podrá abastecer el consumo energíético de más de tres millones de hogares, por lo que este proyecto se va a convertir en una infraestructura clave de cara al cumplimiento de las metas medioambientales de Reino Unido.
Gran presencia en la región
El mercado británico es clave en la expansión internacional de Iberdrola, iniciada hace apenas una díécada y que le ha llevado a convertirse, a día de hoy, en la primera compañía eólica mundial y una de las tres elíéctricas con mayor capitalización bursátil de Europa. Precisamente, hace cinco años, concretamente en abril de 2007, cerró en Reino Unido la mayor adquisición en la historia del grupo, al desembolsar 17.200 millones por la escocesa ScottishPower.
Actualmente, la española presidida por Ignacio Sánchez Galán, dispone en Gran Bretaña de más de 6.100 megavatios (MW) de capacidad instalada, de los que más de 1.250 MW son renovables, y de casi 5,7 millones de clientes elíéctricos y de gas. La apuesta del grupo por esta región continúa en pleno apogeo, ya que prevíé acumular allí en el periodo 2012-2014 una inversión de más de 4.400 millones de euros. "El grueso de dichas inversiones irá a parar a las áreas de redes de transmisión elíéctrica y energías renovables", explica la compañía.
La construcción de esta macro línea, impulsada por Iberdrola en un 35% y por National_Grid en el 65% restante, se va a convertir en uno de los grandes proyecto de la española en Reino Unido, ya que según explica la compañía, es una parte esencial del programa de mejoras de la red de transporte de electricidad que se llevará a cabo en los próximos años en Reino Unido.
Según Iberdrola, esta línea, que contará con el primer conector submarino en corriente continua de 600 kilovoltios y partirá desde el municipio escocíés de Hunterston, en North Ayrshire, hasta North Wales, "se plantea en un momento clave, dado que, actualmente, la interconexión entre Escocia e Inglaterra está funcionando casi a su máxima capacidad".
Las obras se están llevando a cabo a travíés de un consorcio formado por Siemens, que se ocupará de la construcción de los centros de transformación, y Prysmian, que se encargará de todo el cableado submarino y subterráneo.
La instalación paso a paso
La iniciativa de Western HVDC se divide en cinco áreas. Por un lado se desarrollará un centro de transformación en Hunterston, North Ayrshire, en Escocia. Su construcción llevará cerca de tres años y comenzará a finales de 2013. Los preparativos para incorporar el cable tendrán lugar en la primavera de 2014, en un proceso que durará cerca de 15 meses.
Asimismo se instalará una línea directa de alto voltaje de cerca de cuatro kilómetros hasta la costa y que conectará con el cable submarino tras su salida del mar, en Ardneil Bay. Por otro lado, el cable submarino, de cerca de 385 kilómetros de longitud, será introducido por debajo del rompeolas a lo largo del próximo 2014. Seguidamente se instalará una línea continua de alto voltaje subterránea de aproximadamente 33 kilómetros a travíés de la península Wirral, que se espera que estíé completada a principios de 2016. Por último, se construirá un centro de transformación en Deeside, en la frontera entre Inglaterra y Gales.
