Los inversores en acciones continúan ignorando uno de los más grandes, más rápidos saltos en los tipos de interíés a largo plazo de la historia.
Sí, el Dow Jones cayó a principios de semana por debajo de 15.000 y el Ibex 35 encadenó las dos peores caídas desde mediados de junio, pero tanto el Dow como el Ibex se recuperaron el jueves y el viernes para cerrar cerca de los máximos anuales, a pesar de la terrible caída de los precios en el mercado de deuda estadounidense y alemán.
De hecho, como dice el reputado periodista económico Brett Arends, es probable que una de las razones de la subida del mercado de valores sea que algunos inversores ingenuos creen que pueden estar a salvo por la "rotación" desde los bonos a las acciones.
"Me sentíé esta semana con uno de los gurús del mercado de bonos más experimentados que conozco. Cuando le pedí su consejo, su primer consejo fue - sólo medio en broma - "pánico".
¿Su segundo consejo? Keep calm and carry on (Mantíén la calma y continúa, el lema proveniente de la Segunda Guerra Mundial). Su esposa le compró una gran cartel de "Keep Calm and Carry On". í‰l se lo llevó a la oficina y lo colgó en un lugar donde todos los traders de bonos pudieran verlo. Estamos, en su opinión, en una íépoca de crecientes tasas de interíés, y van a seguir aumentando mucho más de lo que la mayoría la gente piensa". í‰l admite que es sólo una conjetura, por supuesto.
Pero esto es lo que sabemos.
A principios de mayo, el gobierno de EE.UU. podría pedir dinero prestado durante 10 años a un interíés del 1,6%. Hoy, apenas cuatro meses más tarde, tiene que pagar el 2,88%.
A principios de mayo, alguien que quería comprar una nueva casa con una hipoteca de 200.000 dólares estaba pagando unos interese mensuales de 566 dólares. Hoy, gracias a la subida de los tipos de interíés hipotecario, alguien con el mismo príéstamo debería pagar 766 dólares al mes en intereses.
Una empresa con una calificación crediticia BAA ha visto como sus bonos han pasado del 3% al 4% en el mismo período, y los bonos de una empresa con mayor riesgo, con una calificación de BA, han subido desde el 3,9% al 5,2%.
Es fácil dejarse engañar por el bajo nivel absoluto de las tasas de interíés y pensar que estos son pequeños movimientos. Las tasas están subiendo solo un 1% o 1,5%, despuíés de todo. Pero en realidad se tratan de grandes movimientos, porque vienen de una base baja. Los gastos de las hipotecas han subido cerca de un tercio en un corto período, del 3,4% a más del 4,4%. El costo del dinero a 10 años del Tío Sam se ha disparado en un 80%.
Los operadores siguen centrándose en las minucias de las actas de la Reserva Federal y el calendario de los posibles movimientos de la Fed en el mercado de bonos. Los inversores ordinarios deben centrarse en el panorama general. La Reserva Federal ha anunciado que la era de la expansión cuantitativa y la manipulación agresiva de tasas de interíés a largo plazo, está llegando a su fin. Vamos a volver, pronto o tarde, a la era de las tasas de interíés "normales". Eso significaría que, por lo general, deberíamos esperar que las tasas del Tesoro a 10 años estuviera cerca de dos puntos porcentuales por encima de la inflación esperada, es decir, subiría desde hasta el 4,5% aproximadamente (el Gobierno EEUU deberá pagar casi tres veces más de intereses que cuando estaba pagando el 1,6%).
Si las tasas del Tesoro a 10 años suben al 4,5%, las tasas hipotecarias probablemente repuntaran cerca del 6% - lo que significa que un príéstamo para una vivienda media de 200.000 dólares, tendría un costo de 1.000 dólares al mes en intereses, en lugar de 566 dólares. Un prestatario con una calificación BAA tendría que pagar alrededor del 5% por sus bonos, en lugar del 3,1% pagado a principios de mayo.
Con esto queremos hacerle ver los riesgos no solo de los bonos sino tambiíén de las acciones.
El aumento de las tasas de interíés impactará en todo el mundo, desde los príéstamos para automóviles y tarjetas de críédito, a los fondos de inversión de capital fijo, muchos de los cuales han visto impulsado artificialmente su rendimiento con el apalancamiento. Ellos piden dinero prestado a tasas de corto plazo e invierten a tasas de largo plazo. Esa ha sido una buena idea de inversión en los últimos años, pero no será tan buena si el proceso se invierte.
Este aumento de los costes de los intereses se presenta en una economía que tiene una cantidad de deuda ríécord. No es sólo la deuda federal y las hipotecas. El críédito al consumo - sin contar las hipotecas - se sitúa en 2,8 billones de dólares, según la Reserva Federal. En 2007, en el apogeo de la "burbuja de críédito", era sólo de 2,5 billones. Las empresas estadounidenses deben 12,9 billones, en comparación con 11 billones de dólares en 2007.
Nadie conoce el futuro, por supuesto, pero hay que ser consciente de la famosa frase de Peter Lynch, que un inversor individual probablemente perderá más dinero por temor a una caída de la bolsa, que con lo que perderá con un crash del mercado. Sin embargo, sí sabemos que los costos de endeudamiento se han disparado, y si la historia sirve de guía, deberán subir más. Y sabemos cómo de endeudado está el sistema.
La gente se olvida que la infame crisis bursátil de 1987 vino despuíés de un aumento en las tasas de los bonos. En los meses previos a la crisis de octubre, la tasa de interíés de los bonos del Tesoro a 10 años subió un 45%, en comparación con el alza del 80% que acabamos de ver.
A la pregunta al gurú del mercado de bonos sobre cuáles eran los riesgos de un desplome al estilo 1987 por la subida de las tasas de interíés dijo: "Muy importantes".
Fuente: Brett Arends
Carlos Montero
Lacartadelabolsa