Hay una palabra que está prohibida en el vocabulario de Amancio Ortega, que nadie pronuncia en Arteixo, donde tiene su cuartel general Inditex. Es la palabra crisis. La mayor fortuna de España no sólo ha conseguido inmunizar al gigante de la moda ante el parón del consumo que golpea al país, sino que además ha salido reforzado como nunca con la otra gran pata de su negocio, el mercado inmobiliario.
Desde que estalló la burbuja en el año 2008, Pontegadea, la sociedad que utiliza para gestionar sus inversiones en el ladrillo, no ha parado de crecer, hasta convertirse en la primera del ranking por resultados. Frente a la avalancha de concursos de acreedores, liquidación de empresas, embargo de acciones por parte de la banca y, en el mejor de los casos, acuerdos de refinanciación de la deuda y aplazamiento de los pagos pendientes, Ortega parece haber sembrado un oasis en medio del desierto.
En los últimos cuatro años, el valor de los activos de Pontegadea se ha triplicado, hasta 3.801 millones de euros; la rentabilidad se ha consolidado, con un beneficio acumulado desde 2008, el único ejercicio que tuvo píérdidas, de casi 1.100 millones. El balance de Pontegadea Inmobiliaria parece cualquier cosa menos la cuenta de resultados de una inmobiliaria, especialmente en este momento, con la promoción prácticamente paralizada.
Las razones del íéxito
Pero, ¿en quíé se ha basado el íéxito del empresario? Fundamentalmente, en una acertada política de riesgos, apostando por grandes inversiones en Estados Unidos, en un momento en el que todavía había una rentabilidad considerable, y reservando España para cuando surgieran oportunidades interesantes, como la adquisición de la Torre Picasso en Madrid o de la sede del BBVA en Barcelona.
Ortega se ha ocupado, sobre todo, de tener garantizados unos arrendamientos operativos que le permitieran seguir generando caja y que, actualmente, rondan casi los 500 millones de euros. Eso ha sido posible, entre otras cosas, gracias a operaciones como la que realizó en el año 2007, cuando se quedó con una parte de las oficinas del Banco Santander y que la entidad sigue ocupando en ríégimen de alquiler por lo menos hasta el año 2019.
Lejos así de tener que apalancarse aún más, y siguiendo una política parecida a la de Inditex, la compañía con más tesorería de todo el Ibex 35, Pontegadea, que presenta un patrimonio neto de 3.227 millones de euros al cierre del último ejercicio fiscal, no ha parado de reducir su deuda en los últimos años.
En 2009 sus compromisos financieros a largo plazo se elevaban a 815 millones y a 31 de diciembre de 2012 se habían reducido a 353 millones, es decir, un 56 por ciento menos. La deuda a corto se ha mantenido mucho más estable, pero aún así apenas alcanza los 116 millones. En total, en los últimos cuatro años la deuda total se ha dividido así por dos. Ha pasado de 903 a 469 millones de euros, y sin tener que acometer ningún tipo de refinanciación ni pedir ayuda a la banca para nada.
En 2012 el resultado despuíés de impuestos de Pontegadea se redujo a 70,5 millones, lo que supuso un 71 por ciento menos que un año antes, pero eso fue debido a que en 2011, al igual que ocurrió en 2009, tuvo muchos más ingresos extraordinarios. De hecho, si nos fijamos sólo en el beneficio de explotación, el resultado se ha multiplicado casi por cinco, hasta 101,5 millones de euros.
Consciente del gran potencial que tenían sus inversiones en el sector del ladrillo, a pesar del difícil entorno económico, Ortega no ha dudado en los últimos años en destinar a este negocio todos los fondos posibles, liquidando incluso sus sicavs (sociedades de inversión en capital variable) Alazán Inversiones 2001, Keblar y Gramela. El empresario gallego controla el cien por cien de su inmobiliaria, lo que unido a la participación del 59,2 por ciento que controla en Inditex y a otras inversiones de menor tamaño en la bolsa, eleva su fortuna actualmente a 41.000 millones.
En diciembre de 2011, Ortega llevó a cabo, por otro lado, una reorganización de sus negocios y tras una ampliación de capital de Pontegadea Inversiones, la cabecera del holding, íésta pasó a controlar un 50 por ciento del capital de Inditex, que estaba hasta entonces en manos de otra sus firmas instrumentales, Gartler. Parece que quiere tenerlo todo así bajo el mismo paraguas.
