Los malos habituales de la película aparecen, cuando se trata de comercio, en el equipo de los buenos. Italia y España, que lastraron la salida de la recesión de la zona euro en el último trimestre, han contribuido al salto de la Unión Europea (UE) del díéficit comercial al superávit entre enero y junio de 2013. Esta superioridad de las exportaciones sobre las importaciones europeas ocurre por primera vez en un primer semestre desde 1999, cuando arranca la serie estadística de Eurostat. Reino Unido y Alemania son los países con mayor saldo comercial de la UE. Pero el buen dato de las exportaciones de España e Italia ha impulsado el superávit europeo.
Reino Unido y Alemania aportaron al superávit europeo 31.100 millones y 13.200 millones cada uno, pero resultó una sorpresa que el sector exterior de países con problemas tambiíén sumaran al saldo comercial. “España ha contribuido en su medida a mejorar el balance con el exterior de la Unión Europea. Nuestra posición con el exterior ha progresado muchísimo. Fuimos el país de la UE que más redujo su díéficit comercial, cuando hace cuatro o cinco ejercicios este estaba por encima del 10% del PIBâ€, recalca Eduardo García Cuenca, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Granada.
El país británico y el germano desempeñaron un papel fundamental en los datos de crecimiento del 0,3% del PIB de la UE en el segundo trimestre, con un avance intertrimestral del 0,6% y 0,7%, respectivamente. En cambio, Italia y España, con un retroceso del 0,2% y del 0,1%, tuvieron un peso relevante. Así que, frente a esta común oposición de roles, que los dos países mediterráneos hayan contribuido con 20.300 millones a rebajar el díéficit comercial de la zona comunitaria, ha resultado básico para que la región consolidara el superávit en el primer semestre de 2013, que cerró junio con un saldo positivo de 35.000 millones aproximadamente.
Los datos estacionales ajustados de Eurostat muestran cómo la balanza comercial de España con países no comunitarios se ha reducido radicalmente en un año, pasando de un díéficit de 19.200 millones de euros del primer semestre de 2012 a los 12.800 del mismo periodo de 2013. Esta tendencia positiva ya se intuyó en marzo, cuando el país contabilizó el primer superávit en díécadas de su balanza comercial con el resto del mundo. El hito se perdió en abril y no ha vuelto a repetirse. Y tampoco se consiguió en el acumulado del primer semestre, aunque el díéficit se redujo un 68% en tasa interanual hasta un valor negativo de 5.824 millones y se puso a tiro el equilibrio, según las cifras manejadas por la Secretaría de Estado de Comercio de España.
El paso de la UE de un díéficit de 65.160 millones de euros entre enero y junio de 2012, al superávit de 35.000 millones del mismo periodo de este año, no ha sido el único buen dato. En este semestre, la zona euro tambiíén consiguió triplicar el saldo positivo de su balanza comercial (respecto a países que no forman parte del grupo de 17 miembros): de los 21.300 millones de los seis primeros meses del pasado año se subió a los 73.800 de 2013, según Eurostat.
“Hay un salto que viene de la reducción del díéficit de los países que históricamente lo han tenidoâ€, subraya Alfredo Arahuetes, profesor de Economía Internacional en el ICADE de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. En este punto encaja perfectamente Italia, que pasó de registrar un díéficit comercial de 2.400 millones con países extracomunitarios en el primer semestre a sumar un saldo positivo de 11.500 millones en idíéntico lapso de tiempo de 2013.
El superávit de la UE responde a un incremento de las exportaciones en el primer semestre de este año frente al mismo de 2012, de 829.360 millones a 874.300; y a la reducción de las importaciones, de 894.520 millones a 839.300. “Si este proceso se consolida, el sector exterior puede puede ser un factor de dinamismo de la economía comunitariaâ€, añade Arahuetes.
El fenómeno es recogido por Eurostat en multitud de datos: en el acumulado de enero a mayo, en la UE cayó la importación de energía (9%), de maquinaria y vehículos (5%); y se elevó la exportación de productos alimenticios (9%). Además, por países, destacó el aumento de las exportaciones a Suiza (un 33% más); y la bajada de las importaciones procedentes de Japón (15%), Estados Unidos (6%) y China (4%).
La clave es ahora si esta tendencia se prolongará en los próximos meses. “Se alargará más en la medida en que se deba a incrementos de productividad o cambios en la mentalidad empresarialâ€, apunta García. Por su parte, Arahuetes apuesta por una moderación de esta tendencia positiva: “Quitando el factor energíético, ya que no podemos controlar lo que pase con el precio del petróleoâ€.