La comisión de Exteriores del Senado apoyó este miíércoles el ataque a Siria en la primera votación sobre la guerra. Despuíés de un intenso debate, los senadores aprobaron su propuesta, que enmienda la de la Casa Blanca para limitar por escrito los bombardeos a un máximo de tres meses.
Los partidarios de autorizar el ataque ganaron la votación preliminar por 10 votos a siete, un margen más estrecho del esperado. Entre quienes votaron en contra está el senador Marco Rubio, presidenciable y favorito para las primarias republicanas de 2016.
El presidente Barack Obama insiste en que prepara una operación "limitada", que no incluya tropas sobre el terreno y sólo consista en una reprimenda contra Asad por haber usado el gas sarín que mató a al menos 1.429 personas, incluidos más de 400 niños, el 21 de agosto a las afueras de Damasco.
Según fuentes militares, el plan es lanzar misiles desde cinco destructores en el Mediterráneo durante dos o tres días. Aun así, la petición de autorización presentada por la Casa Blanca al Congreso el pasado sábado es geníérica y más amplia.
El texto de la Administración Obama pide al Congreso autorización para que el comandante-en-jefe utilice el ejíército "según considere apropiado en conexión con el uso de armas químicas y otras armas de destrucción masiva en el conflicto de Siria".
Sin soldados sobre el terreno
En un momento confuso de su testimonio ante la comisión de Exteriores del Senado este martes, John Kerry, el secretario de Estado, no quiso excluir completamente el uso de tropas sobre el terreno en el futuro, aunque despuíés aseguró que sólo se trata de "una hipótesis" y no de los planes del Pentágono para esta operación.
Según la resolución reescrita por la comisión de Exteriores, los bombardeos tienen que estar limitados a 60 días con la posibilidad de que se amplíen otros 30 más si la Casa Blanca lo justifica. El texto prohíbe el uso de soldados dentro de Siria "para operaciones de combate" y tambiíén pide al presidente que presente una estrategia política más amplia para apoyar a los opositores y para conseguir la paz en Siria. La propuesta la presentaron Bob Meníéndez, el demócrata que preside la comisión, y Bob Corker, el republicano que hace de número dos.
La comisión de Exteriores de la Cámara de Representantes está preparando un texto parecido, pero antes de una votación en el pleno del Congreso, las dos cámaras deberían presentar una propuesta común. El voto en el pleno puede ser la semana próxima, cuando termina oficialmente el receso veraniego.
La votación en el Senado, de mayoría demócrata, es el escollo más fácil para Obama. La Cámara de Representantes, de mayoría republicana, es donde se concentran los más escíépticos de los dos partidos.
El senador republicano Rand Paul, que está en contra del ataque, dijo este miíércoles que "la única posibilidad" de que el Congreso rechace la petición del presidente está en la Cámara. Paul, libertario y contrario a casi cualquier intervención militar exterior, justificó su voto contrario por las consecuencias del bombardeo. "Nuestra participación empeorará la situación", dijo.
Manos de rojo y carteles de protesta
Despuíés de pasar por el Senado, Kerry y Chuck Hagel, el secretario de Defensa, testificaron este miíércoles ante la comisión de Exteriores de la Cámara para volver a presentar sus argumentos a favor de la intervención. Kerry intentó convencer a los congresistas y a los manifestantes presentes en la sala de la audiencia de que Estados Unidos no se meterá en otra prolongada guerra despuíés de más de una díécada de costosas operaciones militares.
El secretario de Estado habló mientras un pequeño grupo de manifestantes sostenía carteles de protesta contra la guerra y mostraba en silencio para las cámaras las manos pintadas de rojo en alto. Kerry se dirigió a quienes protestaban, como íél hacía contra la guerra de Vietnam, y a la persona que le dijo al entrar en la habitación, "por favor, no nos lleves a otra guerra".
"No estamos pidiendo a Estados Unidos que vaya a la guerra", aseguró Kerry que, como veterano igual que Hagel, dijo saber "la diferencia entre lo que es la guerra y lo que está pidiendo el presidente". Kerry insistió en que el ataque será limitado y desde lejos "para rebajar la capacidad de Asad de utilizar armas químicas".
El interrogatorio de los congresistas fue especialmente intenso por parte de los dos partidos, que en la Cámara tienen a sus miembros menos centristas y más escíépticos. Los críticos no sólo son republicanos aislacionistas, sino tambiíén una parte sustancial de demócratas.
Un 48% de ciudadanos en contra
La semana pasada, una congresista de California recogió 64 firmas entre demócratas quejosos de que Obama iba a atacar Siria sin pasar por el Congreso y muchos han expresado sus dudas reflejando las de la opinión pública.
Incluso Nancy Pelosi, la líder de los demócratas en la Cámara, dijo este martes despuíés de reunirse con el presidente: "Creo que los estadounidenses tienen que escuchar más sobre la inteligencia". Pelosi reconoció que algunos de su partido "nunca estarán cómodos" con la operación militar.
Obama no ha convencido a sus propios votantes. Según una encuesta de Pew publicada este martes, el 48% de los estadounidenses se opone a bombardear Siria y el 29% está de acuerdo (el 23% no tiene opinión). El 35% de republicanos respalda la operación mientras que es sólo el 29 en el caso de los demócratas. La mayoría de estadounidenses no considera que Obama haya explicado con "claridad" sus razones contra la guerra y no cree al presidente cuando dice que será una acción limitada que no supondrá participar en otra guerra prolongada.