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Autor Tema: El BdE identifica siete paí­ses de alto riesgo para España, entre ellos Argentina  (Leído 697 veces)

Orpheo

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Siete naciones, siete, están en el punto de mira del Banco de España por su alto riesgo. Se trata de Argentina, Iraq, Venezuela, Irán, Guinea Ecuatorial, Camerún y la República Dominicana, paí­ses que, según el banco central, tienen globalmente un elevado í­ndice de riesgo para España. Según sus palabras, en estas siete naciones las condiciones macroeconómicas y polí­ticas son “potencialmente inquietantes”, es decir, tienen “riesgo elevado o muy elevado e interdependencia media o alta”. De ellas, sólo hay una con riesgo muy elevado, que es Irak. Los otros seis paí­ses se sitúan en una posición de interdependencia media y riesgo elevado. “Los más relevantes son dos latinoamericanos (Venezuela y Argentina), un africano (Camerún) y otro paí­s asiático (Irán)”, sostiene el Banco de España.

La información procede del "Mapa sobre la exposición internacional de España" que acaba de publicar el banco central y que ha sido elaborado por los economistas Miguel Garcí­a-Posada y Josep Marí­a Vilarrubia. El estudio recoge información de 132 paí­ses de todo el mundo y pone de manifiesto que el mayor riesgo para España se deriva del suministro energíético, toda vez que nueve paí­ses que venden petróleo a España están claramente marcados en rojo por riesgo elevado o muy elevado. Se trata de Iraq, Nigeria, Irán, Venezuela, Camerún, Guinea Ecuatorial, Angola, Gabón y Siria. Pero si se tiene en cuenta la interdependencia financiera, el resultado muestra que la situación para España es especialmente inquietante en dos: Argentina y Venezuela.

Si el análisis se realiza teniendo en cuenta únicamente los flujos comerciales, es decir las importaciones y exportaciones de bienes y servicios, cinco paí­ses han cruzado las lí­neas rojas. En concreto, Argentina, Cuba, Venezuela, Irán y República Dominicana. Por el contrario, las naciones más seguras son las que forman parte del área de la OCDE, y en particular Francia, Alemania y Portugal atendiendo exclusivamente a los flujos comerciales, ya que si se tiene en cuenta los activos bancarios Reino Unido, EEUU y Míéxico dominan las primeras posiciones.

 

Según el análisis del banco central, la interdependencia comercial española (sin incluir las importaciones energíéticas) se sitúa en un perfil de riesgo menor que la del paí­s medio (tí­pico), lo que se explica por sus estrechos ví­nculos comerciales con la UE, donde se concentran las dos terceras partes de los flujos comerciales. La interdependencia energíética española tiene, sin embargo, “un perfil de riesgo superior al de la economí­a mundial”. Dicho de otro modo, aseguran los economistas del banco central, “las importaciones energíéticas españolas provienen de paí­ses con un í­ndice de riesgo mayor que aquellas del tí­pico paí­s por el fuerte peso relativo de paí­ses como Argelia y Libia que son paí­ses con niveles de riesgo por encima de la media”.

 

Más riesgo financiero

 

Por lo que respecta a la interdependencia financiera, hay que destacar que la economí­a española tiene un perfil de riesgo superior al del tí­pico paí­s del resto del mundo, lo que es atribuible al mayor perfil de riesgo de los activos, especialmente de inversión extranjera directa y, en particular, a la mayor importancia relativa que Amíérica Latina tiene para España en este ámbito.

 

El Banco de España admite que los bienes energíéticos son especialmente susceptibles “a muchos y diversos riesgos” debido a que son difí­cilmente sustituibles en el corto plazo y medio plazo. Se cita, en concreto, un estudio elaborado por la Oficina Económica de Moncloa en el que se muestra que la economí­a española se encuentra cerca de la mediana de los paí­ses de la OCDE en lo que se refiere a dependencia energíética exterior (teniendo en cuenta factores como la disponibilidad de recursos pero tambiíén la estabilidad geopolí­tica), pero por encima de íésta en lo que se refiere a vulnerabilidad (este segundo concepto asociado principalmente a la cobertura y a la diversificación en los orí­genes de las materias primas).

 

En el estudio se constata que España ha incrementado de modo notable su interdependencia con el resto del mundo, en coherencia con lo ocurrido en el resto del planeta. Como dice el informe, puede observarse que la integración comercial española ha superado ligeramente el promedio mundial, mientras que la financiera sigue siendo menor, a pesar de su intensificación a partir de los años noventa.

 

La importancia de Amíérica Latina en todos los casos se sitúa alrededor de un 5%, un valor que se encuentra en lí­nea con la importancia relativa de dichos paí­ses en los ví­nculos comerciales internacionales. La economí­a china no parece tener un ví­nculo comercial significativo con la española con la excepción de las importaciones de bienes españolas de las que China supone alrededor de un 5%. Ningún flujo comercial parece sufrir de un grado excesivamente elevado de concentración, siendo las exportaciones de servicios las únicas a las que se podrí­a atribuir un grado moderado de concentración, presumiblemente por la gran importancia de la Unión Europea como mercado turí­stico.

 

El informe destaca la elevada dependencia que la economí­a española presenta de Rusia así­ como de los paí­ses del norte de ífrica (Argelia y Libia) para la importación de bienes energíéticos. Entre los cinco principales orí­genes de estas importaciones, destaca la importancia que tiene Nigeria, el tercer socio comercial más importante por este concepto así­ como el quinto puesto de Arabia Saudita.

 

Para captar el riesgo asociado a cada paí­s, el Banco de España ha hecho uso de indicadores del riesgo y flexibilidad de cada economí­a, utilizando para ello tanto los ratings de los bonos soberanos emitidos en cada paí­s como  indicadores de riesgo, según distintos conceptos calculados por la Economist Intelligence Unit (EIU). Igualmente, se ha tenido en cuenta el  ránking de cada paí­s de la base de datos Doing Business Around the World,  compilada por el Banco Mundial y basada en encuestas microeconómicas sobre la facilidad para crear y operar negocios en cada paí­s. El í­ndice construido a partir de estas encuestas incorpora, entre otras medidas, rigideces del mercado laboral (costes de contratación y despido), la existencia de barreras burocráticas y económicas a la creación de empresas (número de permisos necesarios, requerimientos de capital) y medidas de percepción de la corrupción

Fuente: cotizalia.com


En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.