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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, descartó hacer concesiones sobre el aumento del tope de la deuda pública cuando discuta con la oposición republicana el tema del presupuesto del Gobierno, amenazado con paralizarse por falta de fondos.
"Lo que no estoy dispuesto a negociar es el techo de la deuda. Nunca en el pasado se comprometió el críédito y la buena fe de Estados Unidos al precio del retiro de una legislación mayor como puede ser la ley sobre la asistencia sanitaria", dijo el mandatario a la televisora ABC.
Obama respondió así a las intenciones de los republicanos -mayoritarios en la Cámara de Representantes- de supeditar la aprobación del financiamiento federal a eliminar los fondos para aplicar el plan de salud aprobado en 2010, conocido como Obamacare, opción que rechaza la Casa Blanca.
El Congreso debe subir el límite de la deuda, ubicada en 16,7 billones de dólares, antes del comienzo del año fiscal 2014 el 1 de octubre próximo para que el Estado cumpla con sus obligaciones financieras y pague a sus acreedores.
"El trabajo del Capitolio es preparar un presupuesto que mantenga en marcha nuestras tendencias de largo plazo de deflación o nuestras tendencias actuales de reducción del díéficit, pero que tambiíén nos permita invertir en las cosas que necesitamos para crecer", aseveró el Presidente.
Agregó que con su postura los republicanos están sentando un precedente peligroso al usar el tope de endeudamiento para presionar al Gobierno por recortes en el gasto federal.
