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La poderosa transnacional petrolera estadounidense Chevron y Ecuador se encuentran enzarzados en un litigio que trascendió lo legal y tomó matices políticos, luego de que el presidente Rafael Correa salió en defensa del sistema judicial ecuatoriano.
La verdad es demasiado grande para poderla ocultar, aunque se trate de una transnacional con tanto dinero como Chevron, aseguró anoche Correa en una entrevista con una televisora local.
El mandatario explicó que la compañía gasta cientos de millones de dólares para tratar de eludir su responsabilidad por el daño ambiental y humano causado por la antigua Texaco en la Amazonía ecuatoriana.
Todo comenzó despuíés que una corte de la ciudad de Lago Agrio, en la región amazónica, condenó a la transnacional a pagar una indemnización de 19 mil millones de dólares a 30 mil pobladores de la zona que la demandaron por las afectaciones provocadas.
Chevron, que adquirió Texaco, no solo se negó a acatar el fallo, sino que presentó una demanda contra el Estado ecuatoriano ante el Tribunal de Arbitraje de La Haya.
Según Correa, esa instancia internacional no tiene competencia para juzgar el caso porque trata de aplicar de forma retroactiva un tratado que la transnacional firmó con un gobierno de turno mucho despuíés de haber salido de Ecuador.
Agregó que se trata de un conflicto entre privados, y el acuerdo no los exonera de las demandas que puedan presentar los individuos.
Al mismo tiempo, la petrolera ha iniciado una campaña de desprestigio contra la justicia ecuatoriana a la que acusa de corrupta.
Para contrarrestar la arremetida, el mandatario se trasladó hace unos días hasta uno de los pozos que explotó la petrolera en la selva amazónica casi 30 años atrás, y metió la mano en un pantano lleno de brea y residuos de crudo.
Esta es la mano sucia de Chevron, denunció Correa, cuya frase dio nombre a la campaña emprendida por Ecuador para mostrar al mundo los daños ambientales y humanos que causaron las malas prácticas extractivas utilizadas por Texaco.
Según cifras oficiales, existen más de mil piscinas como esa diseminadas por toda la Amazonía ecuatoriana, y el desastre ambiental, asegura el mandatario, es 85 veces superior al provocado por el derrame del pozo de la British Petroleum en el Golfo de Míéxico.
Se dice que Texaco vertió 680 mil barriles de crudo en la selva de las provincias amazónicas de Orellana y Sucumbíos, y quemó 235 mil millones de pies cúbicos de gas al aire libre, mientras que la incidencia del cáncer entre la población en esa región es tres veces superior a la del resto de los habitantes del país.
El juicio probablemente lo ganen, porque tienen dinero, pero nosotros vamos a ganar ante el mundo, porque tenemos la verdad, aseveró Correa, quien invitó a los árbitros de La Haya a visitar la Amazonía para constatar la contaminación provocada por Chevron.