[IBM se encuentra en la orilla equivocada en un mar de cambios fundamentales. / Reuters]
Los líderes ejecutivos seniors de International Business Machines Corp. (IBM)comenzaron a trabajar en la empresa, en promedio, en 1985, cuando Internet todavía era un proyecto del gobierno y a Steve Jobs reciíén lo habían echado de Apple Inc.
En 1981, la máxima responsable ejecutiva, Ginni Rometty, se sumó a IBM, con sede en Armonk, Nueva York, tan solo dos años despuíés de haber egresado de la facultad de Ingeniería de la universidad de Northwestern y, desde entonces, trabaja ahí.
Es un grupo con mucha experiencia. La pregunta es si el gigante tecnológico tiene la perspectiva gerencial adecuada para lo que debe enfrentar en 2013.
IBM se encuentra en la orilla equivocada en un mar de cambios fundamentales: en la era de la nube, los clientes societarios tienen la posibilidad de alquilar espacio en servidor y capacidad de procesamiento por mucho menos que lo que les cobra IBM para que contraten a sus consultores o para venderles hardware, según informa Bloomberg Businessweek en el ejemplar del 23 de septiembre.
Rometty, que quedó como máxima responsable en enero de 2012, precisa sacar adelante un cambio estratíégico que le permita a IBM ser actor dominante en mercados de crecimiento veloz, como el de la la nube, las analíticas de datos y los dispositivos móviles. Tendrá que sacar a IBM de un periodo de estancamiento: la facturación de los negocios principales tuvo muy pocos cambios en un quinquenio; tambiíén tendrá que generar crecimiento orgánico en vez de la ingeniería financiera y la realización de activos que definieron gran parte de su gestión.
Compromiso de ganancias
Ciertamente, IBM está en condiciones de reinventarse. En la primera parte de la díécada de los años 90, cuando la empresa perdía miles de millones y cercenaba puestos de trabajo, hizo un cambio que la apartó de las computadoras con una gran estructura y avanzó en pro de servidores, software y servicios de tecnología, y así medró de la mano de los máximos responsables Lou Gerstner y Sam Palmisano.
Aun así, en un sentido, Rometty quedó limitada por la gestión del que la precedió: en 2010, Palmisano se comprometió con los inversores y con los analistas de Wall Street a que las ganancias anuales por acción de IBM iban a aumentar 74 por ciento, de 11.52 dólares a 20 dólares para 2015.
Hasta ahora, el promedio del cálculo de los analistas para IBM 2013 es de 16.71 dólares, e IBM está camino a lograr esos 20 dólares a travíés de decenas de miles de millones de dólares para rescate de acciones, recortes de gasto, realización de unidades de negocios y ajustes contables, y hace de todo salvo invertir agresivamente en nuevas empresas, dijo Kulbinder Garcha, analista de Credit Suisse Group AG.
Hace poco, le bajó la calificación a las acciones de IBM a la de vender. El precio de la acción trepó cerca de uno por ciento en lo que va del año, mientras que el índice Standard Poor’s 500 está 21 por ciento arriba.
“El modo en que llevaron la empresa los últimos 8 años no pueden usarlo para los próximosâ€, dijo Garcha.