Tiembla el subsuelo en Cataluña… pero tambiíén el de las cuentas de ACS. La constructora que preside Florentino Píérez podría perder ingresos de hasta 400 millones el próximo año por culpa de los seísmos en el Delta del Ebro. Además, peligra la entrada de Enagás en el proyecto, que estaba prevista para 2014 con la compra de la mitad de las acciones de ACS en el depósito de gas de Castor.
Castor es un depósito de gas submarino. Tíécnicamente está en un antiguo yacimiento petrolífero que se aprovechó como reserva estratíégica de gas. Se encuentra mar adentro, a 30 kilómetros de Vinaroz. Es decir, en realidad está en aguas territoriales de Castellón, pero los pequeños terremotos han tenido lugar en el sur de Cataluña.
El proyecto fue ejecutado por ACS junto con el grupo canadiense CLP. La empresa concesionaria se denomina Escal UGS. ACS tiene el 66,67% y la compañía de Canadá, el 33,33% restante. Pero la sociedad de Florentino Píérez mantiene un preacuerdo con Enagás para venderle un 33%. Escal UGS tenía 1.518 millones de activos en 2012, según consta en la memoria de ACS.
Sin embargo, este preacuerdo se encuentra condicionado a dos factores: que los promotores del depósito Castor tengan el acta de puesta en funcionamiento y que se marque una rentabilidad asegurada por estar integrado en el sistema gasista, según han apuntado fuentes de Enagás.
No obstante, tras los terremotos, el último de una intensidad de 4,2 en la escala de Richter, la Generalitat ha presentado un protesta oficial y Escal UGS ha suspendido la inyección de gas en el subsuelo hasta asegurarse de que los trabajos no tienen nada que ver con los temblores de tierra.
Con la venta de 33% de Escal UGS, ACS habría ingresado entre 300 y 400 millones de euros. Esta horquilla habría dependido de la rentabilidad que le hubiera otorgado el Ministerio de Industria, que era clave para fijar el precio final de la operación. Pero ahora esta operación está en el aire.
Soria, inquieto
La onda expansiva de los terremotos en el sur de Cataluña ha llegado muy lejos. En concreto, hasta el Ministerio de Industria que dirige Josíé Manuel Soria. Y a Canarias, donde el propio Soria es tambiíén el presidente del PP local y ha ejercido como principal avalista de las prospecciones petrolíferas que está haciendo Repsol a la busca de crudo en el fondo marino.
Desde Repsol han tranquilizado al ministro: una prospección no es un depósito de gas y no tienen nada que ver tíécnicamente unos trabajos con otros, según explican fuentes del sector energíético.
Zona sísmica
Ahora los tíécnicos del Ministerio de Industria están inspeccionando las instalaciones de Castor para determinar si los últimos movimientos sísmicos han estado causados por la inyección de gas en el subsuelo marino. En la práctica, el norte de Castellón y el sur de Tarragona son unas zonas propensas para este tipo de fenómenos.
Almacenes de gas como Castor quieren prevenir la dependencia energíética de este producto de Argelia. Despuíés de la crisis de Ucrania con Rusia, se quiso asegurar más de tres meses de reservas almacenadas para no depender del país argelino, que proporciona a España el 30% del gas que consume. La operativa es inyectar gas en verano y sacarlo en invierno, cuando hay más demanda de consumo. Los recientes seísmos han trastocado los planes de negocio de ACS con esta estrategia. Ayer, los alcaldes de Peñíscola, Vinaroz y Benicarló protestaron en rueda de prensa por la actividad del depósito de gas subterráneo.
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