Por... Gregorio Belaunde
Las capacidades de auto-engaño son ilimitadas, y tan aburridamente repetitivas...Siempre han sido un obstáculo mayúsculo para la reducción proactiva del riesgo por parte de las personas, las empresas y los Estados. Y muchas veces, cuando hay una toma de conciencia y que se quiere mejorar la gestión de riesgos, suceden algunas cosas extrañas:
. los que antes no fueron escuchados cuando quisieron alertar, repentinamente son convertidos en "gurí¹es", y se pasa al otro extremo, al punto de darles responsabilidades adicionales que no corresponden a su labor;
. y aparecen tambiíén muchos "expertos" en gestión de riesgos (trátese por ejemplo de consultores diversos que en realidad son muy teóricos, o de asesores o corredores en seguros que ven al Estado como el "gran negocio de su vida"), que tratan de aprovechar ese movimiento y de la presión que puede haber sobre las direcciones de entidades privadas y públicas para venderles productos/servicios que normalmente deberían ser vistos como poco convincentes o poco adecuados para la necesidad real del cliente y terminan haciendo mucho más daño que bien. Cuando se quiere mejorar las cosas, hay que evitar la desesperación y escoger muy bien a sus proveedores. Tomar conciencia no debe resultar en otras formas de inconsciencia.
Suerte en sus inversiones...