Por... Ma. del Refugio Melchor S.
Las nuevas generaciones los conocerán por Google. El 20 de diciembre de 1812 los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm lanzaron la primera edición de un libro de cuentos que se convertiría en uno de los más conocidos del mundo.
Personajes como Blancanieves, Cenicienta, Hansel y Gretel son reconocidos en cualquier lugar del planeta porque las maravillosas narraciones de los hermanos Grimm han sido traducido a 170 idiomas. Su primera edición se encuentra en la localidad alemana de Kassel y forma parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El 20 de diciembre de 1812 los Grimm acabaron un proyecto que inició como una simple diversión, pues su principal idea era recoger la tradición cultural popular alemana al poner en papel una serie de relatos que escucharon de la gente de su aldea, amigos y conocidos.
Jacob y Wilhelm Grimm no buscaban la fama, aspiraban a ser conocidos por sus estudios en filología, iniciaron el primer diccionario histórico de la lengua alemana que se terminó hasta 1961 y crearon la germanística como disciplina universitaria.
Lo que pocos saben es que en sus versiones originales las peripecias de personajes clásicos como Blancanieves, Cenicienta, Rapunzel o la Bella durmiente estaban destinadas a un público adulto, por lo que estaban marcadas por violencia y contenido sexual que los autores se vieron obligados a rebajar para poder publicar sus fantásticas historias.
En la versión tradicional de Rapunzel, la joven era entregada por sus padres a una bruja a cambio de comida. La bruja la encerraba en una torre, pero un príncipe la descubría y cada noche escalaba hasta ella gracias a sus largas trenzas. Como resultado de esas visitas Rapunzel quedaba embarazada de gemelos, pero en la historia que conocemos simplemente se casa con su rescatador.
Lo que Walt Disney se encargó de convertir en encantadoras películas que cautivaron a niños y adultos por generaciones, tiene una historia más bien oscura. En el relato original, los enanos de Blancanieves apenas son personajes secundarios, la princesa no despierta por el beso de un príncipe, lo hace por casualidad.
Cuando su fíéretro transparente es transportado a la tierra del príncipe, el carruaje mortuorio topa con un arbusto y provoca que Blancanieves escupa el trozo de manzana envenenada que tenía atorada en su garganta. Los castigos a los que son sometidos los villanos de las historias de los Grimm son francamente escalofriantes y tuvieron que ser modificados porque la puritana sociedad de la íépoca los consideraba poco apropiados.
Y tenían razón, ya que la madrastra que rivalizaba en hermosura con Blancanieves en el cuento original es obligada a bailar hasta la muerte con unas zapatillas de hierro calentado al rojo vivo.
Las hermanastras que martirizaban a Cenicienta se veían obligadas a cortarse un dedo del pie o parte del talón para calzar perfectamente el pequeño zapato de cristal. Un pájaro mágico y la sangre delataban a las impostoras ante el sufrido príncipe, y fueron duramente castigadas, ya que sus ojos fueron arrancados por unos cuervos.
Creados para reflejar la extrema dureza de la vida cotidiana en la Edad Media, los cuentos de los hermanos Grimm se suavizaron de tal manera que se convirtieron en una obra destinada al público infantil que todos adoran.