Frente a un auditorio dispuesto a aplaudir cualquier medida de estímulo a las pymes, el ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció el martes, en la puesta de largo del MARF –Mercado Alternativo de Renta Fija- una nueva Ley Financiera dirigida a facilitar la financiación de las pymes.
Consciente del mensaje que quería transmitir, Guindos adelantó que esta normativa concentrará gran parte de sus esfuerzos en mejorar el marco de actuación de las instituciones de inversión colectiva y del capital riesgo.
En concreto, estos cambios van en dos direcciones, según las conversaciones que el Gobierno mantiene con el sector. Por una parte, se estudia crear unos fondos a medio camino entre los vehículos de inversión tradicionales y los de capital riesgo, que puedan invertir en bonos MARF, y por otra, se baraja permitir a los fondos de private equity que inviertan directamente en príéstamos.
El hecho de que se estíé trabajando en una especie de híbrido responde a que los fondos de inversión tradicionales requieren una liquidez incompatible con la renta fija, mientras que los de capital riesgo pecan de lo contrario, ya que hay que para obtener la verdadera liquidez hay que esperar hasta el final de la vida del vehículo.
Respuesta necesaria
“El desapalancamiento de los bancos es algo estructural, no coyuntural, y por eso es tan importante encontrar vías de financiación alternativas a las tradicionalesâ€, señala Josíé Luís del Río, consejero delegado de Arcano Asset Management.
Esta firma, que ha estado colaborando con el Gobierno en todo el diseño del MARF, afirma que todavía se está trabajando en el terreno de las ideas cuando se habla sobre cómo se va a articular, pero tambiíén apunta hacia el importante papel que jugará el capital riesgo en este marco.
“Aunque es cierto que como bonista el private equity se meterá menos en la gestión, se prevíé que en muchas ocasiones se juegue un doble papel, porque se tomarán participaciones en el capital y se comprará deudaâ€.
Carlos Lavilla, presidente de ASCRI –Asociación Española de Entidad de Capital Riesgo-, elogia los esfuerzos que está haciendo el Gobierno en la búsqueda de vías de financiación alternativas a la bancaria, destaca que “sería muy bueno que se fomentara el desarrollo de los fondos de deuda especializados en invertir en este mercadoâ€, en línea con las opciones que ya está barajando el Gobierno.
De hecho, este tipo de vehículos ya existen en otras regulaciones y, actualmente, se puede invertir en este tipo de productos, pero desde Luxemburgo. La nueva ley financiera, por tanto, lo que haría sería traerlo a España y seguir ampliando, en línea con las directrices marcadas por el Memorando de Entendimiento firmado con Bruselas para el rescate financiero español, las vías de financiación de las empresas.
Atractivos fiscales
Para que este tipo de vehículos realmente funcionen, debe ofrecerse al sector una fiscalidad lo suficientemente atractiva como para que decida invertir su dinero en bonos MARF y no en cualquier otro producto. Pero, frente a aquellos que puedan pensar que se está presionando para conseguir un marco especialmente ventajoso, Lavilla apunta que tampoco se trata de ir mucho más allá de lo que ya existe.
“El marco fiscal que ya tienen los fondos de capital riesgo sería lo suficientemente atractivo como para atraer inversores al MARFâ€, señala el presidente de Ascri. El problema es cómo se articula esta normativa, que contempla exenciones tanto para la plusvalía como para los dividendos, a la inversión en príéstamos.
Como explica Josíé Luís del Río, “el ríégimen de los fondos de capital riesgo se justifica porque la compañía paga Impuesto de Sociedades. Pero, en el caso de un vehículo que invierta en bonos de una empresa, íésta se deducirá los intereses". De ahí el debate que estíé habiendo un serio debate sobre cómo estructurar el marco fiscal.
Además de estos nuevos fondos, el ministerio de Economía ha anunciado que respaldará la actividad en el MARF con una línea específica dentro del ICO, de entre 1.000 y 3.000 millones de euros, que servirá para apoyar la compra de bonos y pagaríés.