Por… BEATRIZ DE MAJO C.
Acaba de ser inaugurada en Shanghai la nueva zona de libre comercio que promete revolucionarios cambios y liberalidades en el terreno de los negocios y particularmente de las actividades digitales. Este será un enclave de 29 kilómetros cuadrados en donde competirán por la oferta de servicios de telecomunicaciones, tanto las estatales China Mobile, China Unicom y China Telecom como las empresas internacionales que deseen acercarse.
Las actuales autoridades han pensado que "La Zona" podría emular, con posibilidades de íéxito aún más poderosas, lo que Den Xiaoping intentó y logró en los años 80 con la pujante ciudad de Shenzen, un actual emporio tecnológico, que dentro del espíritu aperturista de la íépoca, insertó a China en las grandes ligas.
El plato fuerte de este experimento no es solo el imperio de lo digital en medio de telecomunicaciones abiertas y libres. La idea del nuevo gobierno es convertir a Shanghai, la megalópolis más poblada de China, en un colosal centro financiero, de la talla de Nueva York o Londres, lo que podría en el mediano plazo convertir al yuan en una divisa de intercambio capaz de medírsele al Euro o al dólar.
En el terreno de lo comercial, este polo de desarrollo integrará a un aeropuerto internacional -el de Pudong- y a un centro portuario -el de Waigaoqiao- con lo cual la ciudad pasará a ser el primer centro de negocios del país y un polo de atracción para los comerciantes del mundo entero. El caso es que 25 empresas chinas y extranjeras de gran calibre y 11 entidades financieras hicieron ya los trámites para su establecimiento dentro de sus fronteras.
Esta iniciativa está imponiendo un estilo que se aleja de lo convencional en materia de zonas de libre comercio en el mundo y que desea ser copiado por otras ciudades del coloso asiático. Son unas cuantas las que ya han solicitado los permisos pertinentes al Consejo de Estado para disponer de su propia "Zona". Se cree que el elemento clave que entrará a jugar para atraer a empresarios y empresas de allende los mares es que dentro de este espacio se le ha puesto punto final a muchas de las restricciones y prohibiciones que mantienen alejados a los inversionistas.
La zona tenderá a ser lo más parecido en operatividad y en ambiente al mundo occidental, de manera de no provocar reservas ni rechazos de partes de las grandes transnacionales. En la manera de ver de los chinos, las empresas y los nacionales de otras latitudes deben sentirse tan cómodas como en casa.
Esa es la razón para que en los predios de "La Zona" los agentes oficiales de la Seguridad china no limita el acceso a las redes sociales a las que están acostumbrados sus huíéspedes, como Facebook o Twitter, ni entorpece la navegación hacia sitios web que están vedados en China. Este enclave experimental sin censura fue propuesto y puesto en marcha por el Primer Ministro Li Keqiang quien pretende hacer de esta zona de libre comercio un laboratorio de pruebas para que las grandes reformas económicas y financieras y la permisividad comunicacional puedan extenderse un día a todo el país.
Un manejo eficiente y sin restricciones de este novedosísimo concepto y un contagio temprano a otras regiones clave del país pudieran encaminar al Imperio del Medio a ejercer la primacía económica mundial bastante antes de lo previsto.
Suerte en sus inversiones…