Por... Esteban Rojas H
El oro cumple dos años dentro de una espiral de baja, despuíés de haber alcanzado un máximo histórico en mil 921.17 dólares por onza el 6 de septiembre del 2011, de acuerdo con datos reportados por Bloomberg.
Esta tendencia no se ha visto interrumpida ni siquiera por la actual crisis presupuestal en Estados Unidos, lo que ratifica que el metal dorado ha perdido su preciado papel de refugio en íépocas de turbulencia e incertidumbre.
Incluso, previo a la hora cero de que Estados Unidos pueda alcanzar su tope de deuda y quedarse sin recursos para cumplir algunos compromisos financieros, el oro cerró hoy en mil 273.34 dólares por onza, lo que representa una baja de 8.56 dólares equivalente 0.66 por ciento.
Desde que inicio la crisis presupuestal en Estados Unidos, el 1 de octubre, el oro ha retrocedido 4.23 por ciento, al mismo tiempo que perforó a la baja un soporte de mil 278 dólares por onza.
Algunos podrían argumentar que la debilidad del metal dorado se puede deber a que está adelantando un resultado de las negociaciones que evite la moratoria en los Estados Unidos. Algo puede haber de ello en su comportamiento, pero quizá se pueda deber más a factores estructurales prevalecientes en los últimos años que lo han estado empujando a la baja.
El bajo crecimiento económico dominante en el mundo y una inflación contenida, han sido veneno para el oro.
Otro de los factores que han conformado un ambiente bajista para los metales preciosos, es la percepción de los participantes de que las políticas expansionistas aplicadas por la mayoría de los principales bancos centrales no durarían para siempre.
El impulso recibido despuíés de la crisis inmobiliaria proveniente de la existencia de tasas de interíés en mínimos históricos y de un dólar díébil toco a su fin a finales del 2011. De esta fecha en adelante, la perspectiva para los metales preciosos se empezó a nublar.
El mercado adelantó un cambio en las políticas monetarias expansivas, encabezadas por la Reserva Federal de los Estados Unidos.
El fin del dinero barato ya se está reflejando en un cambio en el comportamiento de las tasas de interíés en la principal economía del mundo, al acumular más de un año dentro de una espiral alcista, a lo que es probable que se le sume una tendencia más clara en el fortalecimiento del dólar.
Tasas de interíés más altas y un billete verde fuerte, son condiciones que no favorecen al comportamiento de los metales preciosos.
Desde el punto de vista del análisis tíécnico, el soporte clave a vigilar se encuentra en los 1,200 dólares por onza.
Entre algunos de los factores que podrían ayudar a los metales precisos, se encuentra la posibilidad de que la recuperación económica se pueda acompañar con una espiral inflacionaria. De darse este comportamiento, podría ayudar a que encontraran más rápidamente un piso.