La deuda que hace tambalear el futuro de Electrodomíésticos Fagor va más allá de la comprometida con la banca, los proveedores y sus cooperativistas. Al igual que algunas cajas de ahorros, la compañía de Corporación Mondragón (MCC) tambiíén arrastra en su preconcurso de acreedores presentado este miíércoles a miles de pequeños ahorradores que invirtieron en deuda subordinada, es decir, un producto financiero equivalente al conocido popularmente como 'preferentes'. En total, el dinero captado por esta vía a travíés de Caja Laboral, la cooperativa de críédito del mismo grupo, ascendió casi a 200 millones de euros, equivalente a un 25% del pasivo total del grupo.
Además de los 5.600 trabajadores de Fagor (1.200 son españoles), repartidos en las 13 plantas que tiene en cinco países (España, Marruecos, Polonia, China e Italia), de los que cerca de 2.000 son cooperativistas, los problemas del fabricante industrial con sede en Mondragón afectan directamente a cerca de 35.000 ahorradores del País Vasco. En los años 2004 y 2006, respectivamente, la compañía de MCC realizó sendas emisiones de deuda subordinada que fueron comercializadas por Caja Laboral y BBVA entre pequeños ahorradores a los que, según la CNMV, no ha quedado acreditado que se informase sobre las características y riesgos del producto reclamado.
La primera emisión de "Aportaciones Financieras Subordinadas Fagor" se remonta a enero de 2004. Ese año, el fabricante de electrodomíésticos decide ampliar a 60 millones de euros la colocación de deuda "teniendo en cuenta las peticiones de suscripción recibidas", ya que originalmente el primer volumen correspondía a sólo 30 millones. En esa ocasión, los cooperativistas y asalariados de la compañía suscribieron un 5%, que tenían derecho preferencial, repartiíéndose el 95% entre los pequeños inversores, que podían participar con aportaciones de a partir de 900 euros. El primer cupón semestral fue del 7% y los posteriores fueron fijados en base al Euribor anual más un 3,5%.
En julio de 2006, dos años despuíés, Fagor volvió al mercado minorista en busca de dinero. Por el camino, en 2005, había adquirió al grupo francíés Brandt, con cinco plantas de producción. Esta vez, la emisión fue más ambiciosa, de 125 millones de euros, y eso que la demanda alcanzó un interíés mayor, hasta los 300 millones. Tras el pertinente prorrateo, un 2% fue suscrito por cooperativistas o asalariados, mientras que el 98% fue colocado entre inversores particulares. Durante los seis primeros meses, el interíés del cupón fue de 6,9% nominal, mientras que a partir de 2007 la rentabilidad se calculaba sobre el euribor a un año más un 3,5%, repitiendo las condiciones de la primera colocación.
Como recogen los folletos de emisión, las aportaciones no atribuían derechos políticos de participación ni tampoco preferencia para futuras emisiones; el derecho de reembolso "no tendrá lugar", es decir, eran perpetuas, de manera que pueden extenderse hasta la "aprobación de liquidación de Fagor"; y su amortización se realizará, en su caso, al 100% de su valor nominal. En este último punto, las emisiones podían ser canceladas de manera parcial o total a partir del quinto año por parte del emisor. Además, en caso de liquidación o disolución, escenario probable en caso de no superar la reestructuración que ahora inicia, los 'preferentistas' estarán detrás de todos los acreedores comunes.
En aquellos momentos, la división de electrodomíésticos del Mondragón Corporación dominaba el mercado español de línea blanca con la propia Fagor, líder con una cuota de mercado del 11%, y Edesa, que ocupaba el cuarto lugar con un 6%. Lo peor estaba a punto de llegar. A partir de 2007, el curso de su historia (fundada en 1956) empezó a torcerse. Ese año registró 13 millones de beneficio, desde entonces no ha vuelto a ganar dinero, y tuvo una facturación de 1.749,8 millones, que se ha desplomado un 40% en sólo cinco años. El último ejercicio de 2012, la compañía cerró con unas ventas de 1.166 millones y unas píérdidas de 90, un agujero que este año en s;olo seis meses había alcanzado ya los 60.
Ante esta deriva, las señales de alarma se habían encendido hace tiempo. Fagor había incumplido las condiciones de su críédito sindicado de 2010, situación que obligó a entidades como BBVA a extenderles plazos. Sin embargo, las dificultades financieras existentes obligaron el pasado mes de mayo Mondragón Corporación a crear un fondo de 70 millones de euros para paliar la delicada situación de su fabricante de electrodomíésticos. A cambio, la factoría había ido adoptando medidas de ajuste laboral y de reducción estructura por un importe de 78 millones. Todo insuficiente. Volvía a necesitar otros 120 millones, un auxilio que no pudo sufragarse ya internamente.
Precisamente, esta misma semana, un día antes de la presentación del preconcurso de acreedores, tuvo lugar en el Juzgado de lo Mercantil 1 de Bilbao la audiencia previa del juicio por la posible comercialización indebida de las aportaciones financieras de Fagor y tambiíén de Eroski, el grupo de distribución perteneciente a Corporación Mondragón. Ante la falta de acuerdo extrajudicial, el juicio por la demanda colectiva presentada por un grupo de afectados se resolverá los días 21 y 22 de enero de 2014, en los que tendrá que decidirse si hubo "comercialización indebida" y "publicidad engañosa" por parte del emisor (Fagor) y los comercializadores (Caja Laboral y BBVA).