"Hemos llegado a un punto en el que ya da igual lo que se diga, lo importante es que quienes lo escuchen, la ciudadanía, crea, durante un rato, que es bueno y posible. No importa que ayer se dijese una cosa, hoy otra distinta y mañana otra diferente". Lo fundamental, asegura el economista Santiago Niño Becerra, es que se dice lo que se dice "porque así se le exige a España y quien tiene que aceptarlo lo acepta porque hay que cubrir un trámite".
¿Y es el Gobierno quien tiene la culpa de esta situación?, se pregunta Becerra en su blog de La Carta de la Bolsa. "Sinceramente pienso que no". Este Gobierno, o cualquier otro que gobernase, no tendría más opción que hacer lo que le digan, piensa el economista. "España ha perdido toda capacidad de decisión y su Gobierno se halla cautivo de los compromisos que le obligaron a aceptar porque la alternativa era el caos, de España y de la UEM".
Ahora bien, cansado de que "se cuenten historias de color pastel", Becerra pide al Gobierno "que diga la verdad".
El Gobierno de España ha operado al dictado, ha actuado por imposición de la troika (Comisión Europea, FMI, y BCE), escribe Becerra. ¿Y quíé le queda? "España es un barco a la deriva en un mar de deuda total que no puede pagar, un barco que a lo único que puede aspirar es a pagar los crecientes intereses que la creciente deuda exige".
"A España le aguarda una existencia pobre. Quienes puedan se irán. Nacerá -si es que no existe ya- la figura del antiguo estraperlista, no venderá vales de gasolina ni cupos de chapa de acero en cíéntricos cafíés, pero su figura, su imagen emergerá como símbolo de una España desigual y miserable en la que algunas minúsculas áreas podrán sobrevivir. Pero España continuará pagando los intereses de su deuda: lo dice su Constitución.
Y en este contexto, se pregunta Becerra, ¿cuál será el nivel de economía informal de España en ese mágico 2016 en el que España y la Comisión aseguran que el díéficit será del 3% del PIB? Y se cuestiona: ¿realmente creerán que el díéficit será del 3%?
El díéficit, clave
"Porque ahí, en el díéficit, está el tema". España dice que va a cerrar 2013 con un díéficit del 6,5%. Eso significa que tendrá que realizar ajustes por valor de unos 35.000 millones de euros en tres años. "Eso está firmado con sangre. Y ello asumiendo que España crezca lo que el Gobierno dice que va a crecer".
Para conseguirlo, apunta Becerra, "ya se irán haciendo ajustes según convenga, ajustes en el gasto y en los servicios, estatales, regionales, municipales. Y arañando los euros que se pueda a travíés de subidas de figuras fiscales o de la creación de nuevas: un poco el IVA por aquí, otro poco el IBI por allá, la viñeta para circular por vías sin peaje, más cíéntimos verdes, etc".
La situación de España es complicada, no hay duda. "Está fatal, casi terminal". Aún así, el economista pide al Gobierno que plantee las cosas tal cual son: "Lo que me enciende es que se cuenten historias color pastel con aroma a caramelo".
"Señoras y Señores del Gobierno. Por favor, digan la verdad de una vez. No sugieran cosas que no serán porque no pueden ser ya que no está en su mano que sean", concluye Becerra. "Y digan a la ciudadanía que el compromiso con mayúsculas firmado dice que los miembros del euro han de llegar a un díéficit estructural del 0,5% y a una deuda pública del 60% en el 2020. Digan la verdad porque nadie se va a revolucionar: las revoluciones ya no están de moda".
