La empresa presidida por Ignacio Sánchez Galán ha anunciado ligeras modificaciones en su política de retribución al accionista. Aunque mandendrá la fórmula de pago con acciones denominada scrip dividend o dividendo flexible, según los tíérminos de la compañía, baraja amortizar acciones propias de la autocartera. De este modo se mitiga o elimina el efecto negativo para el accionista derivado de esta fórmula de retribución.
Además, Iberdrola ha fijado un objetivo de pay-out, es decir, el porcentaje de beneficio que dedica a retribuir al accionista, entre el 65% y el 75%, en línea con otras compañías del sector. Además, Iberdrola ha anunciado los tíérminos de la próxima ampliación de capital mediante la que la compañia pagará el scrip dividend de enero: los derechos de suscripción de las nuevas acciones cotizarán entre los días 11 y 27 de enero.
Según el dividendo flexible, Iberdrola emite acciones nuevas y otorga a los accionistas derechos de suscripción de íéstas, con el compromiso de la empresa de comprar estos derechos a un precio fijo. Aunque el accionistas pueda recibir un pago fijo, lo hace vendiendo los derechos, de modo que aunque tenga las mismas acciones, como hay más en circulación, pierde participación en el capital y los beneficios de la compañía. La amortización de autocartera permite limitar este efecto, pues mientras la empresa emite acciones nuevas por un lado, las amortiza por otro.
El dividendo flexible permite a las empresas limitar la disposición de efectivo en los pagos de dividendos, pues los accionistas que no venden los derechos o los que los venden en el mercado no suponen gasto para la compañía. Numerosas empresas españolas, como Santander o Gas Natural, han optado por esta vía durante la crisis para reforzar sus cuentas.