El Valencia sigue con vida en la Copa del Rey despuíés de tirar a la basura cuarenta minutos de la segunda mitad. Los de Emery acabaron el choque como lo empezaron y podrán viajar a Sevilla para disputar el partido de vuelta con cierta ventaja en la eliminatoria. Despuíés de que Villa adelantara a los suyos en el minuto cinco de partido, Mata cerró la remontada con un tanto en el último suspiro del partido y evitó así que el Sevilla saliera más cerca de las semifinales del torneo de Ko.
La cita tuvo una mitad para cada equipo, pero con la diferencia de que el Sevilla no supo cerrar el partido y dejó que en los últimos cinco minutos el Valencia pudiera revivir por medio de Mata y Baraja, quienes noquearon a los de Jimíénez con dos importantes goles. A pesar de que un empate podría haber sido el resultado más justo, lo cierto es que estos tantos hicieron algo de justicia despuíés de que Adriano adelantara a los andaluces con un tanto en claro fuera de juego.
Con este final, hay que recordar el principio, cuando los chíé tuvieron diferentes sensaciones, ya que Villa se aprovechó de un grave error de Adriano, quien le cedió el esfíérico para que tan solo tuviera que regatear a Palop y pusiera así el uno a cero en el marcador. Empezaba la fiesta en Mestalla con la ventaja local, pero pocos minutos despuíés se enmudeció el estadio valencianista. Villa pedía el cambio por unas molestias musculares y dejaba su puesto a Morientes.
Joaquín y Vicente, dos hachas por las bandas
Finalmente los aficionados pudieron respirar tranquilamente, lo del asturiano era sólo por precaución y el ex madridista estuvo muy activo en la primera mitad buscando rematar los centros de Joaquín y Vicente. Los dos eran unas autíénticas flechas por las bandas y llegaban una y otra vez a la línea de fondo para poner peligrosos centros que no lograron batir a Palop.
El Sevilla se limitaba a ver cómo Luis Fabiano buscaba el gol con disparos de fuera del área y a intentar parar los ataques valencianistas, algo que era muy complicado teniendo en cuenta que Romaric y Maresca sólo podían correr detrás del balón. Con estos mimbres se llegó al final de la primera mitad. La buena noticia para el Sevilla era que tan solo perdía de un gol y la buena aún no la sabía, ya que estaba a punto de salir Capel al terreno de juego.
La entrada del almeriense cambió el choque, provocó que el resto de su equipo adelantara las líneas, Maresca y Romaric evitaban que los de Emery salieran con el balón controlado constantemente y Renato empezó a jugar más cerca de Luis Fabiano.
Así, Capel empezó a imitar a Joaquín y a Vicente, muy apagado en la segunda mitad, y volvió loco a Moretti. Su repertorio no tenía fin, velocidad y regate, centro desde la línea de fondo o junto a la línea de cal, paredes con Mosquera, etc. Así, lo que parecía que iba a llegar de un momento a otro llegó. Una pared entre los dos jugadores de la banda derecha del Sevilla acabó con un centro de Capel para que Luis Fabiano lo cabeceara a la red. El punta brasileño se adelantó a la zaga chíé y a Guaita y puso justicia en el marcador.
El empate a uno no despertó demasiado a los de Emery, quienes seguían encerrados en su campo. A pesar de ello, Vicente envió el balón a las nubes cuando tenía todo a favor para superar a Palop. Silva, en una de las pocas intervenciones que tuvo, llegó hasta la línea de fondo y jugó atrás para que Vicente rematara a placer. Al final, balón a las nubes y todo siguió igual.
Claro fuera de juego
Esta era una laguna en el juego sevillista, que logró ponerse por delante en el marcador con una acción en claro fuera de juego. Inexplicablemente el línea no vio a Adriano en fuera de juego cuando recibió a la espalda de la defensa y definió tras quedarse solo ante Guaita. El mismo Adriano se quedó parado tras marcar el tanto pero aún así, el línea se fue a la línea del centro del campo dando por válido así el tanto.
Con desventaja, Emery quiso imitar a Jimíénez y sacó a su Capel, Mata. El asturiano revolucionó lo poco que quedaba del partido y creó el peligro que no habían llevado durante toda la segunda mitad. Con esto, llegó el tanto de Baraja. El medio recibió de Mata en la medular del área, tocó ligeramente el esfíérico para deshacerse de Escudíé, Maresca y Fernando Navarro y mandó el balón a donde no pudo llegar Palop.
Volvía la justicia al marcador tras el error del línea cuando apenas quedaban cinco minutos para el final. Todos apuntaban a que el choque iba a acabar en tablas pero Mata se resistía a ello. El ex madridista recogió el balón dentro del área, se revolvió y disparó a gol. La fortuna se alió con el Valencia y despuíés de que el esfíérico tocara en Squillaci, volvió todo a como estaba a los cinco minutos del partido, un tanto de ventaja para los locales.
Con todo esto, lo que está claro es que nada está decidido. Tras las variaciones en el resultado durante el partido, cualquiera de los dos equipos podrá pasar la eliminatoria y uno de los dos últimos campeones, no podrá revalidar el título.